El candidato del PSOE al Senado por Almería asegura que la provincia ha vivido en estos meses un volumen de inversión pública histórica
El socialista Juan Carlos Pérez Navas ha sido parlamentario, concejal, delegado del gobierno andaluz, diputado y senador, y ahora vuelve a optar a un escaño en la Cámara Alta. Tras el debate electoral y tras recorrer la provincia haciendo campaña, el candidato asegura que, después de un tiempo de “enfado” y de “frustración” percibida en la ciudadanía “pero también en nosotros, que habíamos ganado y no podíamos gobernar, que sentíamos como que se nos había arrebatado la victoria”, lo que nota ahora son “ganas de ir a votar y de que ésta sea la definitiva”.
Pérez Navas asegura que la gente tiene claro “qué ha pasado” y quién es responsable del bloqueo padecido estos cinco meses, y destaca que Pedro Sánchez “sí ha negociado”, como lo demuestra que comenzó queriendo gobernar en solitario y acabó ofreciendo ministerios a Unidas Podemos. Pero el candidato insiste en que Sánchez buscaba “estabilidad” y eso no podía lograrlo con determinados socios.
El bloqueo “no ha tenido incidencia” en las inversiones programadas en la provincia de Almería, afirma el candidato, que recuerda las obras del paso a nivel de El Puche y las adjudicaciones que se han ido haciendo para el AVE, un proyecto que salvo problemas que puedan surgir en algún momento, cifra como fecha de llegada 2023. Discrepa de la previsión de la Mesa del Ferrocarril que apunta 2026, y señala la contradicción entre el candidato al Congreso por el PP, Juanjo Matarí, y su compañero candidato al Senado Luis Rogelio Rodríguez, ya que el primero habla de 2023, y el segundo de no antes de 2025.
En relación con el bloqueo, lo que sí reconoce es que “afecta en cuanto que no hay presupuestos” pero lo que estaba previsto se ha ido haciendo hasta que “la derecha y los independentistas” desde su punto de vista impidieron unas nuevas cuentas públicas. De hecho considera que “es el mayor periodo de adjudicación de obra pública en Almería se ha vivido en estos 15 meses”.
A todo esto, el candidato añade que el PSOE se puede beneficiar de la gestión del PP-Cs al frente del Gobierno andaluz, ya que sus “recortes” se están empezando a notar en Almería. Confía en la movilización del electorado socialista que, creía que iba a volver a ganar el PSOE en Andalucía y se abstuvo, pero luego sí se activó en las generales, y ahora lo hará de nuevo porque “se ralentiza” la economía andaluza y sube el desempleo, por lo que “contrastan” los dos gobiernos, uno con “marcado carácter social” y el otro “que no tiene norte”.
Pérez Navas reconoce que el programa con el que concurren a estas elecciones es “prácticamente el mismo” que hace cinco meses, pero resalta los numerosos aspectos que tienen que ver con la realidad almeriense. Uno de ellos es el relacionado con la agricultura y la apuesta por la innovación y la internacionalización, mencionando acuerdos bilaterales del gobierno socialista con otros países como Canadá para trascender las fronteras europeas, también menciona el agua y aquí puntualiza que los trasvases servirían de poco con las sequías actuales, por lo que apuestan por el autoabastecimiento y la intención de que la desaladora de Carboneras pueda producir durante todo el día todos los días “porque ahora no hay dónde almacenarla”, se hace mención al control fronterizo con la intención de que no entre producto por encima del permitido, y aquel que llegue que lo haga en las mismas condiciones fitosanitarias que se exigen a los productos almerienses, “también apuesta mucho por las cooperativas” sigue diciendo el candidato, que invita a leérselo para conocer toda la dimensión que tiene este asunto dentro de las medidas con las que concurre el PSOE a las elecciones.
Y ligado a la agricultura en Almería está el tema de la inmigración, que a su vez es un asunto que la ultraderecha mete en las campañas electorales, de quien dice que “hablando del amor a la patria lo resuelven todo”. En este punto Pérez Navas es contundente, y asegura que la inmigración “que todos queremos” es la legal, y recuerda los últimos datos oficiales conocidos, que indican una reducción a la mitad de las entradas ilegales, pero advierte que “hablar de forma alarmante o peyorativa de la inmigración perjudica nuestra agricultura y a nuestra imagen” en los mercados extranjeros, donde podrían acabar promoviendo –como ha pasado otras veces- campañas de rechazo o boicot.