La ansiedad que sufren algunos perros cuando se quedan solos en casa puede llegar a causarles un miedo por separación exacerbado que compromete seriamente la salud y el bienestar del animal.
Se estima que entre el 20 y 50 por ciento de los canes tienen miedo a la soledad, una cifra que convierte al síndrome de ansiedad por separación en un trastorno común y no por ello menos grave.
En algunos casos, lo único que le sucede a tu perro es que necesita un poco de atención por tu parte. Ten en cuenta que existen algunas plataformas, como es el caso de https://loscompis.es, que pueden ayudarte a proporcionarle a tu perro el confort adecuado. Además de ofrecerle a tu mascota una buena dosis de cariño y un cuidado óptimo, deberás observar la aparición de posibles síntomas que facilitan el diagnóstico de la ansiedad por separación en tu perro.
La falta de apetito, la ansiedad anticipadora y los recibimientos desmesurados también son signos que pueden indicar que a tu perro le asusta quedarse solo.
Antes de iniciar las pautas que se aconsejan ante este tipo de casos, sería aconsejable que buscaras las causas que han llevado a tu perro a sentir miedo cuando está solo. ¿Pasabas mucho tiempo con él y de repente estás muchas horas fuera de casa? ¿Has observado algún traumatismo o herida en tu perro? Hazte preguntas y busca la posible razón que ha llevado a tu mascota a sentirse aterrorizado, esto te ayudará a corregir su comportamiento de forma más efectiva.
No refuerces las conductas de miedo y ansiedad: no le prestes atención a tu perro cuando comience a mostrar signos de ansiedad. Tampoco le saludes si cuando vuelves a casa se encuentra en un estado exagerado de nerviosismo: el refuerzo positivo deberá aparecer cuando tu perro esté calmado.
Entrénalo y establece salidas breves que te permitan trabajar la ansiedad de tu mejor amigo. De este modo, tu perro entenderá que siempre que sales de casa acabas volviendo. Introduce en escena un objeto llamativo para el perro y colócalo en la puerta cuando realices las salidas falsas. Comienza con varias salidas de cinco minutos y aumenta la duración de las mismas conforme pasen los días. Si tu perro vuelve a experimentar ansiedad cuando alargas el tiempo de las salidas, vuelve a realizar salidas cortas hasta que tu perro esté preparado para seguir avanzando. Cuando tu can haya aprendido a estar solo durante al menos una hora, comienza a colocar el objeto de entrenamiento en la puerta durante tus salidas reales. Para que esta modificación de conducta dé sus frutos, tu constancia y paciencia son esenciales.
Ofrécele tiempo de calidad y estimulación: juega con tu perro y préstale la atención que necesita cuando esté tranquilo. Además, ocúpate de ofrecerle un entorno adaptado y estimulado cuando te ausentes de casa.
El tratamiento farmacológico y las hormonas sintéticas pueden reducir la ansiedad de tu perro de forma temporal, pero no corrigen la raíz del problema. Piensa que tu amigo se merece tu dedicación y apoyo absolutos; juntos, lograréis superar esta etapa.