El parlamentario socialista de Almería en la comisión de investigación de la FAFFE tuvo delante al dueño del local en que se gastaron 15.000 euros en seis horas
El parlamentario socialista de Almería Rodrigo Sánchez Haro, rechazó por dos veces interrogar al dueño del Club Don Ángelo, un local de alterne sevillano en el que según conocimiento general, se ejerce la prostitución, y en el que cargos de la Junta de Andalucía gastaron hasta 15.000 euros en seis horas.
Sánchez Haro es el portavoz del grupo socialista en la comisión de investigación parlamentaria sobre la Fundación Andaluza Fondo de Formación para el Empleo (FAFFE), y tuvo ante él, como el resto de miembros de la misma, al propietario del Don Ángelo, de donde era cliente habitual Fernando Guillén, el exdirector de la entidad, y en el que se gastó exactamente 14.737 euros públicos en una “fiesta” de seis horas, y con un total de 15 pagos distintos en ese tiempo.
A diferencia del resto de parlamentarios, el almeriense no quiso preguntarle nada a este testigo que acudió al Parlamento, ni en la primera ronda, en la que hizo un alegato contra la prostitución, ni en la segunda, en la que se limitó a decir que no iba a plantearle ninguna cuestión.
Sánchez Haro se mantuvo al margen mientras el resto de parlamentarios sí entresacaron distintos datos, como por ejemplo que Guillén era una persona de confianza de la encargada del local, pero que también acudía a otros tugurios similares, aunque según el propietario “me ha tocado a mi”.
Sánchez Haro no mostró interés en saber si el dinero pagado con la tarjeta de la FAFFE que tenía el exdirector se había devuelto o no a las arcas públicas, ni de qué manera. Pero gracias al resto de parlamentarios se supo que sí, que al día siguiente del cargo, apareció por el local el chófer del exdirector –confirmándose que tenía coche oficial también esta persona- para pedir que se anulara ese pago, y abonó la cuantía en metálico. De dónde salió ese dinero en metálico tampoco le interesó al parlamentario, como tampoco si un chofer pagado con el dinero de los ciudadanos tiene entre sus funciones esa.
El almeriense tampoco mostró interés en conocer si este modo de gastar el dinero público era habitual o fue un hecho excepcional, ni en concepto de qué se abonó semejante cantidad, ni quienes acompañaban al titular de la tarjeta.