Rafael M. Martos | Viernes 03 de enero de 2020
De Pedro Sánchez no se fía ya nadie, por eso los que negocian con él intentan tenerlo todo muy amarrado, porque no saben con quién se están jugando los cuartos en cada ocasión. Es triste decirlo, pero tenemos un presidente –aún en funciones- que no es que sea malo en la gestión, que esto está por ver ya que gestionar, lo que se dice gestionar de verdad, no ha gestionado nada, es que nadie le cree.
Sin tomar partido por quienes defienden un pacto del PSOE con PP y Ciudadanos frente al suscrito con Unidas Podemos y los independentistas, lo que resulta innegable es que Sánchez un día amanece envuelto en la bandera de lo que sin problemas llama “nación española”, y se muestra defensor acérrimo de la organización territorial derivada de la Constitución de 1978, y a otro día, tiene claro que España es una “nación de naciones”, o un Estado plurinacional –que no es lo mismo-, y es favorable a cambiar el marco autonómico.
Ya le vimos también afirmando que no podría dormir metiendo en el Gobierno a Pablo Iglesias, y lo va a meter a él y a la madre de sus hijos.
Es por eso que cuando ahora ERC se muestra favorable a facilitar su investidura como presidente del Gobierno la pregunta no puede ser otra que ¿a quién engaña esta vez Pedro Sánchez?
No sabemos si está engañando a ERC, prometiéndole cosas que no piensa hacer y para las que dará largas, o cosas que no puede hacer (convocar un referéndum consultivo requiere mayoría absoluta del Congreso, y además está la cuestión de plazos en relación a convocatorias electorales).
O quizá está engañando a quienes en su partido confían en que ciertamente los burlados sean los de ERC, cuando él está dispuesto a transigir hasta donde haga falta, estirando la Constitución por encima de la Ley, esperando que vengan tiempos mejores y poder exhibir un currículo en el que se le vea como un político abierto al diálogo pero que choca contra dos muros, el de la derecha reconvertida en extrema, rocosa en inmóvil, y el del independentismo irredento y obcecado… en medio, él, salvador de todas las Españas.
La verdad es que eso ya lo intentó y no le salió bien, pero es posible que confíe en lograrlo ahora.
Lo que a estas alturas no sabemos, y lo iremos sabiendo a medida que transcurra la legislatura, es a quién está engañando Pedro Sánchez, si a quienes le apoyan dentro de su partido, o a quienes le apoyan desde fuera de él. La única verdad es que a alguien está mintiendo.
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