Recuerdo una de las últimas tertulias a las que acudí a Ejido Televisión, a cuya mesa se sentó el alcalde Juan Enciso recién salido de la prisión de El Acebuche, donde había estado internado en preventiva junto a quien era su interventor, José Antonio Alemán, en ese momento también en libertad bajo fianza en el marco de la que ya era conocida como Operación Poniente. Enciso parecía animado, pero sinceramente, desconozco si era solo fachada o realmente estaba convencido de que lo concerniente a él y su familia quedaría archivado y nunca llegaría a verse como ayer, sentado en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial.
Ha pasado una década desde aquello, y la política actual de la provincia de Almería no sería la misma si aquel octubre de 2009 no hubiese entrado la Policía Nacional y la Agencia Tributaria en el Ayuntamiento de El Ejido, y si en 2007 no se hubiese iniciado una investigación cuya primera denuncia se atribuyen tanto Izquierda Unida -cuando la ejidense Rosalía Martín estaba como coordinadora provincial- como el Partido Popular, con la también ejidense, y también Rosalía -pero en este caso Espinosa- entregó a la Fiscalía la documentación inicial.
Pero la política actual de la provincia de Almería no sería la misma sin aquello, que ha influido en todos los partidos políticos, ya que cambió liderazgos y modificó estrategias. Como sería prolijo recordar de qué modo se llegó hasta aquello, centrémonos en qué sucedió después, tomando solo alguna mínima referencia anterior, para evidenciar que el panorama político almeriense actual es fruto de esos acontecimientos.
El Partido Popular se rompió en 2005 por las tensiones surgidas sobre el liderazgo de la formación, después de que la presidencia de la Diputación recayera en José Añez, hombre de confianza de Enciso y concejal ejidense. La escalada provocó la dimisión del presidente del PP provincial y antecesor de Añez en Diputación, Luis Rogelio Rodríguez, siendo elegido como sucesor el alcalde de Roquetas de Mar, Gabriel Amat, quien sigue desde entonces en el cargo y ha presidido la Diputación ocho años con mayoría absoluta, tras cuatro de presidencia del PSOE con el apoyo de los dos diputados que logró el PAL.
Amat intentó reconducir la situación, pero estaba todo tan crispado ya que resultó imposible, y entre expedientes de expulsión y autoabandono del partido, se produjo la división definitiva y el nacimiento del PAL.
Si la Operación Poniente cambió así al PP, en el PSOE, su secretario general, José Luis Sánchez Teruel, también debe su cargo a aquellos sucesos, y también desde entonces está al frente de esta organización política.
Era secretario general del PSOE de Almería Diego Asensio, en sustitución de Martín Soler, que dejó el puesto en 2008 tras ser nombrado consejero del Gobierno andaluz por Manuel Chaves, siendo ahora gerente de la Fundación Bahía Almeriport. Asensio, que había sido hasta entonces secretario de Organización, se limitó a mantener la línea decidida con el propio Soler y con el difunto Juan Antonio Segura Vizcaíno, secretario de Política Institucional. La cosa era muy simple: cuanto peor le vaya al PP, mejor le irá al PSOE.
No fue así. Los votantes socialistas comenzaron a abandonarles, porque no entendía que, tras excindirse el PP y quedar Añez, ya como secretario general del PAL, en la presidencia con el único apoyo de dos diputados de su formación, el PSOE le sostuviera ahí siendo un tránsfuga, y también en el Ayuntamiento de El Ejido, donde Enciso perdía la mayoría absoluta tras la ruptura.
Además, esto se acentuó tras las elecciones municipales de 2007, cuando el PAL ganó en el Ayuntamiento de El Ejido y otros municipios, y hasta obtuvo dos diputados provinciales, vitales para darle al PSOE el gobierno de la Diputación, a pesar de ser el PP el más votado. De hecho, el PP logró más votos en el conjunto provincial en esas elecciones que en las anteriores, a pesar del bocado que le dio el PAL.
Estas maniobras de apoyo mutuo entre el PAL y el PSOE fueron pasando factura a los socialistas, que no se vieron beneficiados como esperaban de la guerra abierta a su derecha, aunque aquello contaba con el patrocinio de la dirección andaluza socialista. Así, el abandono de votantes acabó con una dura respuesta interna. Liderados por el alcalde de Vícar, el socialista Antonio Bonilla, más de la mitad de la Ejecutiva socialista dimitió, lo que determinó la creación de una gestora, proceso tras el cual Sánchez Teruel fue elegido secretario general en un congreso extraordinario y posteriormente ha seguido revalidando el cargo.
Si tanto Amat como Sánchez Teruel siguen en los cargos logrados en aquella tormentosa época, no sucede lo mismo con Izquierda Unida, en la que sí se produjo un relevo, y Martín fue sustituida por María Jesús Amate.
Tras el periodo presidido por Añez con ayuda del PSOE, en la Diputación había llegado a la presidencia el socialista Juan Carlos Usero, gracias al PAL, como hemos indicado, y tras él, ahora se ha iniciado la tercera mayoría absoluta del PP en la institución provincial.
En el Ayuntamiento de El Ejido, a los dos años de ganar la alcaldía con el PAL como antes había hecho con el PP, Enciso es detenido en octubre de 2009 en su despacho. Es la visualización de la Operación Poniente. A pesar de estar incluso en prisión preventiva, el PSOE, como ya hemos indicado, le mantuvo en el cargo en vez de propiciar una moción de censura. Eso supuso que a las siguientes elecciones, el PP lograra mayoría absoluta con Francisco Góngora, que sigue como alcalde en la actualidad.
No solo eso, el PSOE quedó reducido a la mínima expresión, pero también el PAL, cuyo candidato a la alcaldía, Enciso y los siguientes en la lista, como Añez, renunciaron al acta de concejal. El actual secretario general del PSOE ejidense, ya era concejal en aquellas fechas, y fue de los que mantuvieron a Enciso en la alcaldía aún cuando era reo.
A pesar del papel muy activo de Izquierda Unida en el tema de las denuncias judiciales contra Enciso y el PAL, lo cierto es que no mejoró sus resultados en El Ejido, y lo capitalizó entrando en el Consistorio la recién nacida UPyD, pero de un modo un tanto curioso. Su número uno era un excandidato del PSOE, que luego también concurrió electoralmente en el PSEjido, Francisco Fernández, quiene mantenía unas estupendas relaciones con Enciso y con la "camarilla" que luego acabó investigada en la Operación Poniente. Con UPyD entró como concejal y posteriormente dimitió, ocupando su puesto Desidero Enciso, un trabajador de la empresa mixta Elsur, precisamente la mercantil que aparecía en el ojo del huracán de la corrupción.
Pero si alguien sigue aún arrastrando una espina clavada de aquella época, y no es ninguno de los procesados, es el propio alcalde actual de El Ejido. Se da la circunstancia de que el abogado del PAL, en un claro intento de influir en las elecciones, denunció al entonces candidato del PP por delitos de tráfico de influencias, blanqueo de capitales, falsedad y contra la Hacienda Pública, relativo el asunto a una compraventa mediante una sociedad cuya gestión correspondía a un hermano suyo.
El hecho es que el tema del tráfico de influencias quedó archivado definitivamente al no verse delito. El de blanqueo de capitales era el único que hacía a la Audiencia Provincial competente en el proceso, y ésta tras estudiar el asunto no vio que existiera, por lo que no se consideraba competente, pero el representante del PAL recurrió al Tribunal Supremo, que contestó que la Audiencia debía tomar esa decisión en el transcurso del juicio -en las consideraciones previas-. La insistencia del desaparecido PAL, cuyo creador está sentado en el banquillo de los acusados, es lo que mantiene viva la causa contra Góngora.
Por otro lado, el PSOE inicialmente, con más virulencia también Izquierda Unida, y algún personaje de nula ética, quisieron debilitar al PP repitiendo la jugada que hubo contra Enciso –la denuncia de la corrupción- pero ya enfilando al nuevo presidente del PP entonces, Amat, y las querellas y demandas contra él no pararon de ser interpuestas. Ninguna ha prosperado hasta el momento y han sido archivas en distintas instancias.
Sin duda alguien habrá echado en falta mayor concreción y más detalles sobre este caso, incluso sobre las relaciones PAL-PSOE desveladas en las llamadas de la Operación Poniente intervenidas, pero eso da para otra historia.