Hay momentos de la vida en los que la realidad supera a toda ficción cinematográfica y las dificultades nos ponen en situaciones límites, en los que hay que tener iniciativa para retomar el control. La crisis sanitaria en la que vivimos es buena prueba de ello.
La cultura es ese motor que nos impulsa y nos cohesiona como sociedad, el que nos alimenta el espíritu y nos proyecta en la convivencia plural y pacífica pero que, con el Covid-19, ha sufrido un repentino parón que entre todos deberemos amortiguar cuando la situación permita volver a vivir la calle en nuestra cultura del sur.
Almería tiene grandes artistas con innumerables habilidades para modular su voz y entonar la nota justa en el momento mejor acompasado; para deslizar el pincel con la tonalidad mas sobria sobre lienzo; para moldear con destreza y habilidad el barro de nuestra tierra; para manejar la pluma con estilo y riqueza lingüística en la creación de relatos, historias y poesías; para interpretar, para componer, para, en definitiva, inyectarnos cultura.
Y, por todo ello, es necesario que desde el Ayuntamiento se apueste, de verdad, por recuperar lo perdido y que las próximas programaciones culturales de este año y de los siguientes refuercen a nuestros artistas que, por otro lado, son autónomos y pequeños empresarios, que están sufriendo estoicamente los efectos de esta crisis económica y social.
Sin embargo el Alcalde de Almería no está siendo ambicioso para la recuperación cultural en Almería, anunciando un vago y exiguo programa que obvia a escritores, pintores, galeristas y librerías, con una ridícula aportación económica que ha decepcionado a propios y extraños. Por eso, desde el PSOE haremos propuestas ambiciosas para el tejido cultural de la ciudad, con la determinación y responsabilidad propias de un partido de gobierno.
También el Ayuntamiento tiene que apostar para que nuestras asociaciones de vecinos, de mayores y de todo ámbito vuelvan a tomar la calle y a enriquecer nuestro tejido social. Hemos de volver a la actividad desde cada rincón de Almería y reavivar el trabajo asociativo con fuerza, con ganas y con el impulso en valores que nos da la actual situación.
De momento, toca seguir en casa, contribuir con nuestro esfuerzo a proteger nuestro entorno y, cuando todo esto acabe, los aplausos ya no serán desde el balcón, sino en nuestros teatros.