Quizá sea esta la última oportunidad que me otorgue de comprender las normas del confinamiento por el COVID19, porque parece que estamos en periodo de desescalada, que es un término bastante extraño, por cuanto lo opuesto a la escalada es el descenso… pero qué sabré yo de alpinismo!!
Si lo he entendido bien, una persona no debe salir a la calle sola a pasear, porque puede contagiar o contagiarse, pero sí puede hacerlo con un perro, y desde este pasado fin de semana, con tres niños, pero sola, no.
Una persona adulta puede pasear con una mascota, o con un niño, pero con otro adulto con quien convive –su pareja o un menor de 14 a 18 años- no puede, porque entonces puede contagiar o contagiarse.
Una persona adulta, no puede salir a correr o hacer gimnasia en la calle, porque contagia o es contagiada, pero sí que puede correr o hacer gimnasia si lleva una mascota o si lleva hasta tres niños, y lo mismo con la bicicleta, que no puede salir sola, pero sí con un menor.
Una persona adulta es posible que a partir del día 2 de mayo, pueda hacer running en solitario, pero no con un adulto con el que conviva, con quien por el contrario, es posible que tenga permitido salir a pasear. Lo mismo que ir a la compra, que solo puede acudir un adulto, pero no otro con quien conviva, aunque sí podrá pasear con él, porque en el supermercado se convierten en seres contagiados o contagiosos, pero si están dando una vuelta, pues no.
Hemos de quedarnos en un radio de un kilómetro de nuestro domicilio, ya que si traspasamos ese perímetro podemos contagiar o contagiarnos, lo que al parecer no sucede si nos quedamos dentro de él. Podría haberse prohibido directamente todo tipo de desplazamientos en vehículo privado (a excepción de temas laborales o urgencias) y que solo puedas llegar donde te lleven tus pies, pero al parecer, así contagias o te contagian.
Resulta que puedes sacar a la mascota y a los niños a la calle, pero no puedes pasearlos por tu urbanización, y no porque lo diga el Decreto, sino porque lo dicen los administradores de fincas, que ni tan siquiera son los presidentes de las comunidades de vecinos.
Los mayores, que son especialmente propensos a contraer la enfermedad, pasarla con mayor virulencia, y suponen el volumen más abultado de fallecidos, podrán salir a la calle, a la vez que lo hacen los niños, las mascotas, los corredores, los paseantes, porque como hemos dicho, si se quedan dentro del kilómetro, y solo están una hora, no les pasará nada.
Cuando nos encaminamos a cumplir dos meses de confinamiento, siguen detectándose contagios, y nadie explica cómo se ha infestado personas que están encerradas en sus domicilios. Porque quizá la respuesta dejaría en evidencia que mantener ciertas actividades laborales ha sido un error, y que los problemas producidos por las mascarillas fake del Gobierno se han convertido en un elemento clave en la propagación del virus en lugares muy sensibles, como hospitales y residencias de mayores.
Desde Andalucía se pide que dentro de un mes ya puedan abrir bares y restaurantes, y es posible que así sea, otra cosa bien distinta es cómo vamos a bebernos una cerveza con mascarilla, o si tendremos que ir obligatoriamente con una mascota o un niño para transitar hasta allí, o si nos van a pedir el carnet para saber si está en nuestro radio de paseo, o si quien nos acompaña es alguien que convive con nosotros.
O quizá sea que para entonces, todo habrá vuelto a la normalidad, aunque yo siga dándole vueltas a las normas a ver si las comprendo.