"España no necesita hombres que sepan, sino bueyes que puedan trabajar". Declaración de Bravo Murillo, ministro de Isabel II, al negarse a construir un colegio. Ya presidente firmó un Concordato con Roma, ampliado sucesivas veces, por el que el Estado perdería soberanía hasta hoy.
La abyección españolista encenagada en el muladar del nacional-catolicismo, copiada también la fórmula por las antiguas Colonias del Virreinato, ha demostrado de sobra que puede destruir un Estado con mayor rapidez que ningún adversario externo o interno, a la derecha o a la 'izquierda'. Tal cesión de soberanía anticonstitucional al Estado extranjero romano, fundado por el fascio, observamos que se trata de normalizar, a pesar de su atroz trayectoria histórica de represión de los infelices súbditos, miseria programada y alienación.
El triunfo de la hipocresía y la corrupción que genera esta estela diacrónica de deslealtades arteras, mezquindad, oscurantismo, compulsiva amoralidad, brutalidad parafascista y avaricia ilimitada, perpetrados con impune cinismo, podría funcionar quizá más tiempo en una mafia o secta. Pretender que esas infamias se articulen administrativamente o como ejercicio de gobierno tiene ya los días contados (sucede lo mismo con el anticonstitucional supremacismo sexista... cada vez más gente intuye que de rebote se persigue idéntico fin: rearmar al fascismo).
En el turnismo bipartidista clericalizado común en Latinoamérica, de lo que se trata es de seguir vampirizando al huésped-siervo y que las masas se crean libres. En el mejor de los mundos posibles, telelobotomizadas las muchedumbres por el sicariato de los media centralistas y las programadas redes sociales, los muñidores de las falacias fabrican a destajo la única realidad permitida en blanco y negro, por un módico precio. Por supuesto a cambio de la 'publicidad institucional' en la devaluada 'prensa'-propaganda. Uncir las bestias al carro del rojipardo clerical-imperialismo no sale gratis, pequeños nicolases.
Esta degeneración aún mayor del vigente y recrecido clerical-franquismo, homologada por cierta 'izquierda'-fake para obtener réditos electoreros, se explica sin dificultad. Como en el tomate televisivo del Km-0 del imperio cañí, la arrogante marquesita porteña de cuello de jirafa puede llamar 'terrorista' al padre de un diputado, sin que tampoco este último me subyugue. ¡Y ni se inmutan! Acusar de 'terrorismo', aplicándoselo a los enemigos de una golpista dictadura genocida, sólo cabe si se legitima la tiranía, ¿no, colorados 'selebros' de pega? Así sucede con los antepasados de la Cayetana Bocachancla, de los que todo el mundo conoce su filantropía, altruismo y generosidad con moriscos, judíos, protestantes, indios, herejes, etc., en sus obsesivas fumigaciones de las 'razas inferiores', y adornada su intachable ética humanista por la tolerancia. No comprendemos por ello cómo las madres de los Países Bajos en vez de asustar a sus niños con el Coco, les dicen 'que viene el duque', por aquel de Alba remoto pariente suyo. (¡Qué ingratitud, si es que no tienen corazón a pesar de sus evangélicos desvelos en las degollinas y piras inquisitoriales!). ¡Qué discreción y prudencia la de la estirada rubia aclarada de importación con blasón de matamoros... yo si fuese ella con esta servil 'izquierda'-fake cobarde exigía en Cortes el Derecho de Pernada!
¿Por qué critica la alienada 'izquierda' colonial españolista en Madrid lo que omite aquí...? No hay duda de que la dejación de sus funciones opositoras, por parte de la Gusana Díaz - ¡a dejar pasar los meses con perfil de mujer invisible, el fracasado lastre caducado de Triana y a cobrar el nominón, qué espabilada! - influye. Por ello los comisarietes políticos de la metrópoli de Podemos&IU SL envían instrucciones a sus cipayos del 'sur' para que revienten el noble proyecto emancipado de Adelante Andalucía, fase previa a la liquidación política de Teresa Rodríguez. No formamos parte de la militancia de ese partido, pero las injerencias jacobinas nos repugnan. Estas intrigas que pisotean la dignidad de Andalucía ayudarán a tomar nota cuando lleguen elecciones, correspondiendo con una negativa imagen demoledora a los manejos de los burguesotes de Galapagar y al impotente 'quieroynopuedo' de Garzonín. No va a saliros gratis, títeres del Gran Capital.
Y ya para terminar, ha quedado claro que al presidente de la Junta de Andalucía Moreno el 'Nocilla' (¡qué merendilla!) le viene demasiado grande el cargo. No da más de sí que para el gusanismo reforzado, al rebufo de la etapa precedente, de amarga memoria. 'Conciertos', subvenciones o exenciones de impuestos a los corsarios vaticanistas en hospitales y entidades educativas privatizados (¡ole los patriotas de Castelgandolfo!). Ingentes cantidades de dinero de Junta, Diputaciones y Ayuntamientos a actos religiosos de anémica asistencia o cofradías, y restauraciones mil de templos vacíos, cuando se está pasando hambre. Autopromoción mediante la 'publicidad institucional' y los publirreportajes egocéntricos de tan mediocre personajillo malagueño encumbrado. Apoyo a la difusión de la cultura andaluza en Catalunya para minar la de Salvador Espriú... Aprecio por nuestras costumbres y tradiciones curioso, cuando al Trifachito el Legado andalusí en el sur de Portugal, el Mediterráneo y Latinoamérica, le interesa mucho menos que los problemas de vestuario del Real Madrid. Y para colofón final, el pacto con un líder vox-mitivo autonómico condenado por prevaricación, y ahora investigado por un fraude de ¡casi dos millones y medio de euros! del insuficiente presupuesto destinado a Andalucía en ayudas públicas. Prosigue la indecencia sociata previa con redoblado entusiasmo por parte del P.P. (Partido Podrido) y de Ciudaenanos.
En resumen, traicionar al Pueblo vendiéndose al Estado extranjero vaticano (creado por Mussolini), y apostar por el sexismo supremacista y el derecho penal de autor nos conduce de modo indefectible a cotas mayores de fascismo y de violencia partidista o sectaria (la 'ideología' por delante). De real Separación de Poderes, libertad de conciencia, auténtica representatividad y saltarse a la torera el posible delito de traición en las más altas magistraturas del Estado - ¿romano-español? -, ya si eso hablamos otro día... y tal.