Rafael M. Martos | Lunes 29 de junio de 2020
Aprovechando que en este mes de junio se cumplen 89 años de una fakenews que, de no haberse producido, habría podido cambiar muy probablemente la historia de Andalucía, y con ella la de España, me gustaría narrársela, porque es un ejemplo más de que la historia oficial que se estudia en los centros escolares andaluces no es más que una repetición matizada de lo reescrito durante el franquismo, y que algunos ilusos siguen considerando la verdad-verdadera porque fue la que ellos aprendieron durante una dictadura o en los inicios de la Transición.
Como el Caudillo prohibió cualquier referencia a su hermano Ramón Franco Bahamonde, por ser republicano, se silenció su gesta como aviador, siendo el primero que voló desde Europa a América, despegando el 22 de enero de 1926 frente a La Rábida en Palos de la Frontera (Huelva) con destino Buenos Aires, adonde llegó el 10 de febrero de ese mismo año. Él y sus compañeros se convirtieron desde entonces en los “héroes del Plus Ultra”, pero tras la Guerra Civil, todo el protagonismo fue para el capitán Ruiz de Alda, por haber sido cofundador de la Falange, mientras se impuso el olvido sobre el resto.
En las elecciones constituyentes del 28 de junio de 1931, Ramón Franco fue el número uno de la candidatura por Sevilla y Barcelona del Partido Republicano Revolucionario, de corte andalucista y federalista, en el que aparecía como número dos Blas Infante, a quien con el advenimiento de la democracia y las autonomías, se le reconocería oficialmente como Padre de la Patria Andaluza.
Que personaje tan popular encabezara una lista tenía prácticamente el éxito asegurado, aunque fuese moderado, y más si repasamos las circunstancias del momento, en plena efervescencia republicana, y en un lugar con tanto campesino pobre como era la campiña sevillana.
La prensa de la época reflejó el lleno total en cada uno de los mítines por toda aquella circunscripción, y alguien debió sentir auténtico pánico a los más que previsibles escaños de Franco e Infante como mínimo, que comenzaron a pasar cosas… sospechosas.
La primera fue el accidente en uno de los actos políticos iniciales y que sentó en silla de ruedas a Ramón para el resto de campaña. Un “accidente” del que se sospechó que había sido un boicot, ya que la tarima sobre la que estaba para dirigirse a los simpatizantes en Lora del Río, cayó justo donde él estaba de pie, y luego parece ser que se descubrió que uno de los travesaños había sido manipulado para que ocurriera.
El hecho es que el miedo al triunfo de esta candidatura hizo correr ciertos rumores alentados desde la prensa conservadora, con el argumento de que Infante por un lado, y Ramón Franco por el otro, utilizando como base el aeródromo de Tablada, pretendían bombardear Sevilla y lanzar sobre ella un ejército de jornaleros para proclamar el Estado Libre de Andalucía. Como diría el propio Infante, este plan habría sido de ilusos, puesto que Andalucía jamás seguiría a Sevilla.
Hasta allí llegó en general Sanjurjo, quien luego sería uno de los cabecillas del golpe de Estado del 18 de julio aunque fuera Miss Islas Canarias –como llamaban los militares a Francisco Franco por su indecisión hasta el último instante en si sumarse o no a la conspiración- quien acabara quedándose con el poder absoluto.
Sanjurjo no encontró aviones, no encontró bombas, las armas estaban bajo control del maestro armero, sin soldados porque se habían licenciado dos días antes… y ante aquel desatino, optó por dar media vuelta y no llamar a declarar ni tan siquiera a los presuntos instigadores del complot.
La derecha propagó que habían logrado evitar una matanza, aunque parecía bastante absurdo querer bombardear a quienes les estás pidiendo los votos como decía el propio Infante; y la izquierda difundió que esta candidatura en realidad estaba apadrinada por el Gobierno -ese que le acusaba de querer masacrar Sevilla- para dividir el voto. Incluso hubo noticias de que la candidatura pretendía sublevar a Andalucía en favor de la Generalitat catalana, cuando objetivamente no era innecesario.
Al final, Ramón Franco ganó un escaño, pero se pasó a Esquerra Republicana de Cataluña y Andalucía se quedó fuera.
¿Por qué se produjo aquella campaña de fakenews contra la candidatura andalucista? ¿tanto la temían? ¿por eso se dan prisa los falangistas en asesinar a Infante pocas semanas después del Alzamiento, aún bajo legalidad republicana? ¿no contradice todo esto la idea preconcebida de que el andalucismo era residual como se insiste en destacar?
¿Qué habría pasado si hubiesen logrado dos o tres escaños? ¿se habría agilizado la autonomía de Andalucía en la II República? De ser así, ni el 4 de diciembre de 1977 ni el 28 de febrero de 1981 hubiesen sido necesarios.
¿Por qué esto no se estudia en los colegios andaluces pese a la trascendencia que tuvo en la historia?
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