Opinión

El embudo de Rodrigo y José Luis

Víctor Hernandez Bru | Miércoles 19 de agosto de 2020

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No es, ni mucho menos, la primera vez que voy a confesar mi incapacidad para entender cómo puede haber seres humanos capaces de tener un nivel de rigor tan bajísimo como el que presentan los máximos responsables del Partido Socialista en Almería, su secretario general, José Luis Sánchez Teruel, y su secretario de organización, Rodrigo Sánchez Haro, los Sánchez y Sánchez de toda la mentira.

No ha pasado ni una sola semana, desde que comenzó la legislatura andaluza, hace ya más de año y medio, sin que alguno de los dos, o ambos, ofrezcan alguna insuperable y palmaria muestra de su particular ley del embudo, de aquella forma de entender la atención máxima de la paja en el ojo ajeno y la total indiferencia ante la viga en el propio.

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Este fin de semana, los acérrimos seguidores de las redes sociales de Sánchez Teruel, en la que suelo pedirle un par de veces a la semana que retire de una vez el vergonzante veto que mantiene a esta emisora, sencillamente porque nos atrevemos a decirle a la cara las cosas que no le gusta oír, hemos asistido a una nueva muestra de su particular manera de utilizar el rasero, siempre doble, eso sí. José Luis ha venido a atacar furibundamente a Pablo Casado por haber venido de vacaciones a Almería, en mitad de la crisis del Covid-19.

Sin embargo, al jefe de los socialistas almerienses no se le ha escuchado ni una sola palabra sobre las vacaciones de quien de verdad no debería estar de asueto, básicamente porque es él, Pedro Sánchez, y no Pablo Casado, el que debería estar dirigiendo las operaciones en un país con una gravísima crisis sanitaria.

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Cada vez que José Luis se deja a sí mismo en ridículo con este infantil uso del rasero, su compadre Rodrigo no deja pasar ni 24 horas para emularle con intención de superarlo. Ayer, Rodrigo convocó a los medios para lo de siempre, para más de lo mismo, para seguir atacando sin vergüenza ninguna a la Junta por su gestión sanitaria, ésa que por ejemplo ha implantado el desarrollo de pruebas PCR de manera masiva, cosa que antes el mando único de Pedro Sánchez no hizo. Durante esos tres meses del mando único, Rodrigo no dudaba en insultar a todo el que denunciaba la nefasta gestión de la crisis de su adorado e idolatrado jefe, imponiendo una actitud de conciliación que, según él, era la única posible.

Da auténtica vergüenza escuchar al Rodrigo Sánchez Haro de los meses de abril y mayo, clamando por esa actitud constructiva y unitaria, y compararlo ahora con el talibán anti-Junta en que se ha convertido.

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Pero la falta de rigor, coherencia y respeto dialéctico por sí mismo no termina ahí. Rodrigo tuvo el lunes la osadía de denunciar que el consejero de presidencia de la Junta usa coche oficial para ir a pilates. Teniendo en cuenta el grado de rigor del portavoz socialista, desde luego la denuncia tiene que tomarse con todas las reservas. Pero, de nuevo, la alerta llega después de que su jefe, Pedro I el Falso, lleve más de un año usando para todo el avión Falcon del Estado Español, incluyendo en ese uso un viaje al festival de música de Benicássim.

Y para poner la guinda Sánchez Haro no tuvo empacho en pedir el reforzamiento y aumento de personal en la educación andaluza; ésa que su partido ha gobernado durante casi cuatro décadas. No hace falta ser muy perspicaz para preguntarle por qué no lo hicieron ellos durante ese período. Quizás, la respuesta pudiera estar en que algunos estaban muy ocupados gastando el dinero que podía destinarse a tal fin en antros como Don Ángelo o en sustancias estupefacientes.


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