Opinión

Pedro Sánchez y la pesadilla Iglesias

Rafael M. Martos | Sábado 29 de agosto de 2020

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Seguro que conocen como acaba el refrán que comienza con eso de “quien con niños de acuesta…”, pues bien, quien no parecía saberlo es Pedro Sánchez, a quien no importó el adanismo y la bisoñez de Podemos, para pactar con ellos un gobierno conjunto.

O igual sí… porque con Sánchez hemos descubierto que se puede ser tan mal presidente por un exceso de idealismo onírico y estupefaciente, caso de José Luis Rodríguez Zapatero, como por el abandono de cualquier ideal porque lo único importante es llegar y mantenerse, y si se rompe el partido, que se rompa, y si se rompe la convivencia, que se rompa, y si se rompe la economía, que se rompa…

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Todo el mundo era consciente de que la coalición PSOE-Unidas Podemos estaba abocada al fracaso, porque lo único que une a las izquierdas es que no gobierne la derecha, y como lo une a las izquierdas es con los derechas nacionalistas, es el rechazo al modelo de Estado de la derecha españolistas. No hay más.

Una vez derrocado el PP de Mariano Rajoy, cada cual vuelve donde siempre ha estado, y defiende lo que siempre ha defendido.

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A estas alturas de la película tenemos los mismos presupuestos generales que firmó Cristobal Montoro, sencillamente porque no ha habido alternativa a ellos. Pero eso se sabía. Eso lo sabía Sánchez cuando aceptó una coalición con Pablo Iglesias –el petimetre Alberto Garzón no cuenta ni en esto ni en nada-, porque un gobierno de varios partidos solo tiene sentido si te garantiza una mayoría absoluta parlamentaria con la que sacar adelante los proyectos legislativos, pero si no es así, si como es el caso, sigues en minoría, estás perdido, porque sigues necesitando pactos constantes, y además, con un socio cuyos intereses no tienen que coincidir necesariamente con los tuyos, e incluso pueden ser divergentes.

Eso es lo que se está produciendo ahora. El Gobierno necesita aprobar unos presupuestos, pero precisa más votos de los que suman PSOE y Unidas Podemos en el Congreso, y los socialistas no tienen inconveniente en negociar con Ciudadanos, quienes deseosos de que algo les de protagonismo político que les saque de la irrelevancia están dispuestos al acuerdo. Y Podemos, antes de comenzar cualquier diálogo se adelantan y avisan que ellos no quieren a la misma mesa a los de Inés Arrimadas.

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Este debate lo ha abierto antes de tiempo Podemos en una rueda de prensa amenazando al Gobierno del que forman parte, y ocurre solo unos días después de acusar a la ministra de Educación, Isabel Celaá, de falta de liderazgo en la gestión de la vuelta al colegio este curso tan marcado por el COVID19.

Y ocurre después de poner a los socialistas en un brete con sus críticas y acciones contra el rey emérito, pero también contra su hijo y actual Jefe del Estado a título de Rey, Felipe VI.

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Y ocurre tras obligar a los socialistas a responder de las cuentas presuntamente ilegales de Podemos, antes que el propio vicepresidente segundo y secretario general de la formación.

Pero tal vez Sánchez, quien dijo que no dormiría tranquilo con Iglesias en su gobierno, crea que con un pañal es suficiente para toda la noche… y ya les digo yo que no.


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