Técnicos de la Demarcación de Carreteras de Andalucía Oriental y del servicio de geotécnia del Ministerio de Transportes han visitado este martes la zona afectada por desprendimientos en la carretera N-340a, conocida como El Cañarete, para evaluar el estado del talud y definir las obras de emergencia que se van a "acometer lo más rápidamente posible".
Los técnicos han revisado el punto kilométrico 432.6 donde el lunes cayeron grandes rocas sobre la calzada y ha realizado un recorrido por la carretera para recabar datos que permitan adoptar la "solución técnica" y redactar el proyecto para intervenir sobre ese tramo del acantilado que, de acuerdo a los primeros datos recabados y de manera muy preliminar, abarcaría unos "180 metros".
En concreto, según han precisado fuentes de la Subdelegación del Gobierno hay que definir que "elementos técnicos" son necesarios para dar "estabilidad" a la pared y "volver a garantizar la seguridad de los conductores" de esta vía que une Almería con el núcleo roquetero de Aguadulce.
Las mismas fuentes han apuntado que hay qué analizar las causas tras el desprendimiento ya que en incidentes de iguales características registrados en los últimos años en la carretera de 'El Cañarete' han intervenido "circunstancias meterológicas adversas como fuertes lluvias y rachas de viento de intensidad".
"Los anteriores derrumbes con caídas de rocas a la calzada se han producido en una situación de mayor fragilidad del terreno pero, en este caso, es verano, hace calor y no hay viento por lo que hay que analizar dónde está la falla en esa zona", según han señalado.
La zona donde se ha producido el desprendimiento es "adyacente" al tramo de talud sobre el que también se actuó de emergencia en 2015 y se localiza cerca del acceso rodado al puerto deportivo de Aguadulce.
Sobre los plazos que se manejan para que comience las obras en emergencias en la vía, que va a permanecer cerrada la tráfico de forma indefinida aunque con servidumbre de paso, la Subdelegación ha insistido en que se "agilizarán lo máximo posible" y ha remitido a las últimas obras que se han ejecutado en El Cañarete, que comenzaron el 5 de febrero "cuando el derrumbe había tenido lugar en la madrugada del 31 de diciembre".
Subdelegación del Gobierno ha precisado que la servidumbre de paso habilitada para el acceso a las urbanizaciones, así como al hotel y al cámping, solo está abierta desde Almería y que, hasta la ejecución de las obras emergencias, todo el tráfico entre Aguadulce y la capital se desviará por la Autovía del Mediterráneo (A-7).
En ese sentido, han trasladado que el subdelegado del Gobierno, Manuel de la Fuente, está en contacto con el jefe provincial de Tráfico, José María Mendez, para estudiar el establecer las mismas medidas que el anterior cierre, con "una zona de embolsamiento de camiones para evitar atascos y retenciones".
La vía quedó cortada en los dos sentidos en torno a las 16,00 horas del lunes por parte de Carreteras. Fue sobre las 15,15 horas cuando se produjo la caída de varias rocas por esta transitada carretera. El primer aviso fue por parte de uno de los conductores que informó de la presencia de piedras de "gran tamaño", algunas "tan grandes como un coche" sobre la calzada.
La vía conocida como 'El Cañarete', que soporta un gran volumen de tráfico al conectar a lo largo de nueve kilómetros la ciudad de Almería con Aguadulce, en Roquetas de Mar, se mantuvo 65 días cerrada antes de su apertura parcial en marzo de este año tras los desprendimientos que registró en la madrugada del 31 de diciembre del pasado año, que dejaron entonces inutilizable la carretera.
Las obras comenzaron el 5 de febrero y, tras su apertura parcial, continuaron para finalizar en los primeros días de julio. Dichos trabajos, según informó la Subdelegación de Gobierno, contaron con un presupuesto de 639.224,12 euros y sufrieron un ligero retraso respecto de la fecha de finalización inicialmente prevista debido a la demora en la llegada de material durante el estado de alarma decretado por la crisis sanitaria del covid-19.
La primera fase de las obras consistió en el saneo de las coronaciones de los diferentes frentes del talud, eliminando las piedras y bloques que estaban en situación inestable y la reparación de la malla de triple torsión existente.
En la segunda fase de la actuación, desarrollada durante el estado de alarma, se procedió a la instalación de dos sistemas de protección aplicados a lo largo de 140 metros lineales de talud, cubriendo una superficie de 8.900 metros cuadrados: por una parte, la colocación de barreras dinámicas de protección anti-desprendimientos, que serán las encargadas de interceptar los bloques de piedras que puedan desprenderse de la pared y, por otra, la adecuación de la cortina de guiado para la intercepción de los posibles desprendimientos por las barreras dinámicas instaladas.
Una de las medidas que se puso en marcha para mejorar la fluidez del tráfico en la A-7 y evitar retenciones por el cierre de El Cañarete fue el embolsamiento provisional, entre las 7,00 y las 8,00 horas, del tráfico pesado en un área de servicio de la Autovía del Mediterráneo a la altura de La Mojonera. La medida se puso en marcha el 17 de febrero y se mantuvo hasta el 4 de marzo, fecha en la que El Cañarete se abrió al tráfico de forma intermitente.