Cuando nos paramos a pensar en lo mucho que ha cambiado el mundo en los últimos veinte años, no solemos dar la importancia que merecen a los cambios en el mundo de las citas.

Si pensamos en internet, lo primero que viene a nuestra cabeza son las redes sociales, los servicios de mensajería instantánea, las mejoras en el mundo financiero, especialmente en lo relacionado con las transacciones internacionales y, en un rincón de nuestra mente, quedan las páginas para encontrar pareja. Pero probablemente, ahora que lo hemos mencionado hayas asentido con la cabeza, porque las citan han cambiado y mucho.

Hasta hace veinte años, la forma más habitual de ligar era ir a un sitio de fiesta y empezar a hablar con alguien cuyo físico llamaba nuestra atención. No era fácil, no porque la gente no estuviese interesada en ligar o la sociedad fuese más cerrada, sino porque los grupos de amigos siempre estaban alrededor, opinando o bromeando y, en muchas ocasiones, parejas o líos que eran perfectamente compatibles, quedaban en nada. Cuantas veces un amigo o amiga ha tirado del brazo de otra persona para llevarla con el grupo o apartarla de su ligue en ciernes…

Dicen que la sociedad actual es mucho más individualista y si bien es cierto que los jóvenes y adolescentes suelen seguir yendo en grupo, ahora tienen en sus móviles un espacio mucho más personal. Es verdad que a veces lo comparten demasiado, pero eso es otra historia. Lo relevante para el tema que nos ocupa es que con el móvil y una app de citas puedes hablar con cientos o incluso miles de personas y solo estás tú para elegir, no hay amigos que te cojan del brazo. Eliges lo que te gusta, sin presiones.

Por otro lado, las citas online han abierto la puerta al mundo de las citas a muchas personas tímidas. A todos nos resulta más fácil enviar un mensaje online que decir las cosas a la cara y cuando se trata de empezar una conversación con un desconocido, es sensiblemente más fácil.

Esto también tiene sus matices negativos. Cuando leemos mensajes, no tenemos toda la información que se transmite con el tono de voz, posición corporal, etc. Por ello, los malentendidos son más frecuentes y probables.

A la hora de terminar una relación, internet y las citas online también suponen grandes diferencias. En primer lugar, las webs de citas hacen que las infidelidades sean mucho más accesibles. Ya no hace falta salir de casa para tener la oportunidad de engañar a tu pareja y esto se nota sin lugar a dudas. En segundo lugar, terminar una relación por escrito es, igual que ocurría con la posibilidad de empezar una conversación con un desconocido, mucho más fácil que hacerlo dando la cara. Los expertos incluso hablan de un nuevo fenómeno común a la hora de terminar relaciones: la desaparición virtual. Al parecer, muchas personas que no son lo suficientemente valientes como para terminar sus relaciones hablando con sus parejas, optan por simplemente dejar de contestar a los mensajes de su desconcertada ex media naranja.

Pero si hay algo en lo que las citas online y la cultura moderna van de la mano es en el acceso a miles de elecciones. Igual que ahora podemos elegir entre un sinfín de supermercados que a su vez ofrecen diversas marcas para el mismo producto, con las citas tienes acceso a tanta gente, que lo que falta es tiempo para poder conocerla.

Aunque en general esto es una ventaja, también tiene un efecto paradójico. Al parecer, cuantas más opciones tenemos para elegir, menos satisfechos nos sentimos con lo elegido y esto se aplica también a las citas. Así que gracias a las citas online, posiblemente acabemos con una persona de estándares mucho más altos que la que hubiéramos podido conquistar sin internet, pero lamentablemente puede que no nos sintamos tan satisfechos.