Opinión

Una huelga de educación indecente e irresponsable

Víctor Hernandez Bru | Lunes 21 de septiembre de 2020

Para que nadie se sienta engañado, vaya por delante que no creo en el derecho a la huelga y, sobre todo, no creo en el derecho a la huelga hoy por hoy, cuando la realidad nos demuestra más que claramente que es una herramienta que los sindicatos de clase utilizan para seguir viviendo del cuento.

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Dicho esto, la de el pasado viernes me pareció, amén de un acto de indecencia por parte de los convocantes, una irresponsabilidad de todos los que contribuyeron a ella, a pesar de que entre todos no lograron más que un sonoro fracaso, con poco seguimiento en Educación Primaria y prácticamente ninguno en la Secundaria.

He de dar la enhorabuena a los profesionales de la educación que no la siguieron y que, por tanto, provocaron este fracaso que espero que marque a los indecentes y miserables sindicatos que la impulsaron, a pesar de que muchos padres nos vimos obligados a no llevar a nuestros hijos al colegio ante la amenaza de que la falta de profesores, trasladada el día antes por grupos de WhatsApp, hiciera imposible mantener las burbujas y aumentase el riesgo de contagio para los alumnos.

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Una amenaza, repito, irresponsable, intolerable, repugnante, que coarta nuestra libertad como padres y el derecho a la educación de nuestros hijos. Una amenaza real como la vida misma, que yo mismo sufrí en primera persona, por parte de quienes querían hacer de la huelga algo obligatorio, como sucede en todas las huelgas.

Y todo esto no lo digo porque no crea que hay motivos para la queja en la educación, en general en España y en particular en Andalucía. Los maestros y profesores tienen todo mi apoyo, porque realizan su labor, como los sanitarios, en condiciones lamentables. Pero sí porque las huelgas deberían servir para reivindicar metas posibles y no chorradas.

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El problema de la educación andaluza no es coyuntural, no se resuelve en un verano ni con medidas que se puedan tomar de hoy para hoy. Se trata de un problema estructural, consecuencia de 40 años de maltrato de la Junta del PSOE a la educación andaluza, con falta de inversión, plantillas cortas, infraestructuras obsoletas y una cara dura cósmica de los gobiernos de Chaves, Griñán y esa desvergonzada Susana Díaz, que ahora se queja de lo que ella ha provocado.

La educación andaluza se soluciona con una inversión enorme desde la propia Universidad, haciendo salir al mercado más maestros, elevando sus retribuciones, invirtiendo en más infraestructuras y bajando, en consecuencia, los ratios. Y eso, queridos huelguistas irresponsables, querido sindicalistas descerebrados, no se hace en un verano.

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Por cierto, un verano en el que la Junta de Andalucía ha invertido 2.2 millones de euros en reformas de centros en Almería y ha reforzado las plantillas como nunca se había hecho hasta ahora. Pero claro, eso no se le oirá decir a los sindicalistas de clase, auténticas máquinas de difundir la mentira, gentuza irresponsable, indecente y chantajista que obligó, el viernes, a mi familia, a no llevar a los chicos a clase. Tranquilos: no lo olvidaremos.


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