Las ojeras son un problema estético que afecta tanto a hombres como a mujeres, y también de un modo generalizado a casi todas las edades, pero la primera pregunta es si éstas son solo cuestión de belleza o hay algo más.
Pero además hemos de destacar que existen básicamente dos tipos de ojeras, o “hipercromía idiopática del anillo orbitario” que sería su nombre técnico. Éstas pueden ser vasculares, que se producen en un tono azulado y responden a la dilatación de los capilares por un drenaje linfático o basculación irregular, suelen tener que ver con un cansancio excesivo, el consumo de alcohol y tabaco, el estrés o por la ingesta de ciertos medicamentos; mientras que las pigmentarias son amarronadas, y su origen está relacionado directamente con una exposición alta al sol y por cambios hormonales.
En este sentido, Cristina García, de Beautyme ha conseguido en su guía encontrar algunos de los mejores contornos de ojos cuya relación calidad precio es superior a otros presentes en el mercado. Este producto, a diferencia de las cremas antiojeras –que también las hay- además de disimularlas, son un tratamiento para la piel, que en ese punto concreto es extremadamente sensible.
En la tarea de acabar con las ojeras los productos que podemos encontrar son bastantes, y su composición puede contener ácido hialurónico, cafeína, o también extractos de naranja y ascorbil glocósido porque son ricos en vitamina C y por tanto antioxidantes. Otros elementos que llevan sirven para activar la producción de colágeno, que a cierta edad nuestro cuerpo ya no genera y por tanto es necesario un aporte extra.
Llegamos a parpadear entre 11.000 y 15.000 veces al día, nos pasamos horas ante las pantallas de todo tipo –ordenador, televisión, tabletas o móviles- que suponen un foco de luz, al que aunque nos hayamos acostumbrado, sigue siendo molesto para nuestros ojos, lo que genera un estrés visual que solo se alivia levemente con ese parpadeo que a veces tenemos incluso que forzar para relajarlos. Toda esa actividad de nuestra cara –el llanto, la sonrisa y en general cualquier expresión- supone movimientos en los músculos de los ojos, y por tanto en la piel que los rodea, y eso conlleva un desgaste, un “cansancio” que acaba reflejándose en las temidas ojeras.
Pero los síntomas de la piel estresada son algunos más, y ahí podemos incluir ciertas manchas que aparecen, como si fueran pecas pero algo más grande e irregulares, también granitos que en ocasiones son tan leves que solo se perciben pasando la mano, o el enrojecimiento de una zona que más habitual, y luego ya hay fenómenos más importantes como la dermatitis atópica, la seborréica o la psoriasis, que se producen entonces, o si ya se padecen, se intensifican.
La piel estresada pierde brillo, luminosidad, tersura, y eso tiene que ver con la producción de grasa, que aumenta, lo que lleva a segregarla hasta el punto de taponar los poros, lo que conlleva lo ya señalado. Es por eso igualmente imprescindible mantener la limpieza del rostro de modo habitual, es decir, lavarse la cara con frecuencia con geles que reduzcan la grasa y abran los poros de nuevo.
Producto de ese estrés es también una mayor presencia de arrugas, un mayor marcaje de las llamadas líneas de expresión, como son las que rodean los labios, la nariz o los ojos.
Para la elección de la mejor crema es importante no dejarse guiar por el precio, o no solo por él. Es importante mirar su composición, y ya hemos dado alguna pista más arriba, y tener claro qué efecto buscamos, si es recuperar brillo, tensar la piel, reducir la grasa, aplacar las bolsas de los ojos, o eliminar las arrugas. Y en ese mismo sentido, hay que fijarse en si queremos algo de efecto inmediato, o buscamos un producto que regenere de forma más profunda nuestra piel, aunque conlleve una aplicación más constante y durante más días.
La piel es un órgano más de nuestro cuerpo, y está conectado directamente al cerebro, por eso es un reflejo de cómo nos sentimos por dentro, así que a mejorar su aspecto contribuye notablemente una buena alimentación, sana y fresca, hacer ejercicio físico acorde con nuestras condiciones físicas, y ser felices.