Opinión

El mecanismo de la garrapata

Jose Fernández | Miércoles 14 de octubre de 2020


Cualquiera que haya tenido perro sabe que uno de sus principales enemigos son las garrapatas. Las garrapatas son unos parásitos muy peligrosos que se instalan silenciosamente en las zonas de mayor riego sanguíneo del animal, para alimentarse así más fácilmente y con el mínimo esfuerzo, llegando a aumentar así hasta diez veces de tamaño. Ello hace que nuestras mascotas vayan debilitándolos lentamente, enfermando hasta llegar incluso a la muerte. Los que tengan perro sabrán por experiencia que no es fácil quitar una garrapata ya que estos bichos se introducen y enganchan en la piel del animal de tal modo que no es posible su extracción brusca, porque nos podríamos dejar dentro del perro la cabeza del bicho provocándole así una grave infección, ya que estos parásitos son portadores de virus y enfermedades infecciosas muy perjudiciales. Yo no tengo perro. Pero si tuviera, probablemente no dormiría pensando en los enormes daños que podrían causarle las garrapatas.
Hay partidos y movimientos políticos parasitarios del sistema que cuando llegan a tocar el poder, se introducen y enganchan de tal modo en el engranaje institucional y administrativo que luego resulta muy complicado extraerles para evitar infecciones y enfermedades. Y es que el mecanismo de algunos movimientos políticos es el mismo que emplean las garrapatas, que cuando meten la cabeza y se agarran firme, empiezan a chupar y hay evitar a toda costa la tentación de pegar un tirón brusco, porque podría ser peor incluso. Hay que buscar la ayuda de los profesionales del sector veterinario. Algunos parásitos buscan su hueco para chupar la sangre y vivir a costa del animal anfitrión y otros empiezan a acomodar los mecanismos, las normas y las leyes para que nada ni nadie les pueda sacar legalmente de su espacio de succión.
Que Pedro y Pablo venían para instalarse en el poder perpetuo de una república sanchipodemita era algo que algunos venimos avisando desde hace tiempo, inmunes a la impregnación de acusaciones de protofascistas o tardofranquistas que machaca el fuego graneado de la prensa proclive y los minaretes telemáticos de las redes. Ni caso. En paralelo a su penosa y culposa gestión de la crisis sanitaria, esta pareja de irresponsables, temerariamente investidos por una mayoría puntual de enemigos de España, tiene en mente una hoja de ruta lisérgica que pasa por la consolidación en el poder en torno a tres ejes de acción: 1) La creación de un caldo de cultivo sociológico bien aliñado que sostenga argumentalmente algún tipo de consulta o votación que permita poner al papá, a la mamá y a las niñas en Barajas o en Cartagena con billete de ida. 2) La concesión de exigencias plenas a los independentistas a cambio de los votos necesarios para las sumas parlamentarias necesarias, con independencia de que ello altere al mapa político y la unidad de España y 3) La consolidación de la impunidad a través de la toma del Poder Judicial. En este último caso, la insólita y desvergonzada medida de poner como Fiscal General a una ex ministra -Dolores Delgado- con línea directa con el Gobierno ya dejaba bien claras las intenciones de Sánchez. Unos propósitos que cobran plena transparencia al conocer la inquietante proposición de Ley del Gobierno de PSOE y Podemos para modificar el sistema de elección del Consejo General del Poder Judicial sin necesidad de negociar con la oposición. Leyes hechas a la medida del Gobierno para revestir de legalidad su ilegítima agenda política. Y sin separación de poderes y sin respeto a la Constitución contra la que están maniobrando, nada quedará que pare a esta banda de apandadores de la democracia. No digan luego que no están avisados. Si nadie actúa desde la unidad del constitucionalismo para frenar esta deriva destructiva para nuestro país, no les quepa duda de que un día se despertarán y descubrirán con asombro que la nueva capital de España se llama Caracas.

Noticias relacionadas