María José Navarro es la coordinadora en Almería del Instituto Andaluz de la Mujer, dependiente de la Junta de Andalucía, y uno de esos organismos a los que la ultraderecha que apoya al Gobierno de PP y Ciudadanos, califica de "chiringuitos", una expresión que ella rechaza de plano en una entrevista en la que pone en valor la seriedad con la que se conceden ayudas y subvenciones, pero sobre todo el trabajo con las mujeres maltratadas, a las que anima a informarse y denunciar.
Se da la circunstancia de que la última acción que está realizando el IAM es la difusión de los valores de la coeducación, repartiendo para ello un calendario con la imagen de mujeres que han logrado destacar en profesiones tradicionalmente ocupadas por hombres, y reconoce que aún hoy es necesario seguir abundando en esta línea.
Navarro detalla el incremento del presupuesto del IAM en la actualidad respecto al que había en épocas del PSOE, y la lupa que se pone en las subvenciones que se entregan, hasta el punto de afirmar que "si no existiera, sería necesario crearlo", y a quienes lo cuestionan, les invita a que "se vinieran una semana, y en una semana ya podrían ver lo que se trabaja". Una prueba ello es que han sido casi 2.000 las llamadas atendidas durante el primer semestre del año, en el que se incluye el periodo bajo confinamiento que comenzó en marzo.
La coordinadora relata que cada mujer llega con una situación muy distinta, y por eso la atención es muy personalizada, yendo desde la más simple, meramente de carácter informativo, hasta la protección en pisos de acogida distribuidos por toda Andalucía. En ese abanico está el aspecto psicológico porque "hay mujeres que no saben que están siendo maltratadas" o los temas legales para actuar contra su maltratador, por eso insiste reiteradamente en "que vengan y se informen" y recuerda que la llamada al 900 200 999 no deja rastro en las facturas telefónicas, o que aprovechen cualquier momento para acudir.
Aunque desde Vox se intenta confundir la violencia machista con la violencia intrafamiliar, Navarro tiene claras las diferencias, porque la primera "se produce porque el hombre se siente dominante" y con la excusa del "amor" y bajo el prisma de la propiedad de la otra persona, se da lugar a ella. La coordinadora reconoce que "la violencia intrafamiliar también creo que habría que tratarla, pero hay una gran diferencia, porque violencia intrafamiliar puede ser también de hijos a madres, de hermanos a hermanas, de hijos a padres... todo lo que es una familia" y apunta que "hay que tratarlo en otro instituto, o en otro ámbito o de otra forma... claro que nos preocupa cuando una mujer llega porque le ha pegado su hijo, y viene aquí porque es mujer, y nosotros nos ocupamos de la violencia machista". Admite que "hay que echarle una pensada, pero no tiene nada que ver una cosa con otra".
En cuanto al perfil de las mujeres maltratadas, Navarro pone en valor que el teléfono de atención responde en más de 40 idiomas, porque no conoce diferencias ni de raza, ni cultura, ni de situación económica o académica. Cuenta que el perfil depende de las zonas, y que nos "sorpenderíamos" en cuanto a las características de algunos maltratadores porque no aparentan serlo por estar integrados socialmente.