Opinión

Sobre la lluvia y la memoria

Jose Fernández | Jueves 29 de octubre de 2020



Mientras el PSOE almeriense ha puesto en marcha una campaña de hiperventilación informativa inundando las redacciones de valoraciones entusiastas de los presupuestos del Gobierno, con los que pronostican una -otra- “lluvia de millones para Almería”, parece conveniente que alguien administre una pastilla tranquilizante a estos señores, como apuntaba la otra mañana durante un pleno un concejal socialista sobre una concejal del PP. Tendremos tiempo de ocuparnos del gañaneo ansiolítico que supone semejante apreciación y del descriptivo silencio con el que la brigada feminoide de guardia ha acogido un hecho que de haber sido protagonizado por un concejal de derechas habría activado la cadena de reacción editorial habitual en estos casos. Pero no nos desviemos. Estábamos en los presupuestos lisérgicos que presentaron la otra mañana Pedro y Pablo con una escenografía más propia del Telecupón y en el pretendido aluvión de millones que según el PSOE van a caer -otra vez- sobre Almería. Pero seamos razonables. Ojalá esta vez sea verdad y que los seiscientos millones para el AVE que están previstos se destinen hasta el último euro para acelerar la llegada de ese necesario tren, etcétera. Pero tenemos los cauces de la memoria tan marcados por los caudales de millones que se anunciaron y jamás llegaron a esta tierra, que volver a repetir el mismo argumento meteorológico de la DANA presupuestaria es una burla grosera al recuerdo reciente y a la inteligencia de los almerienses. Por ejemplo, el anuncio del AVE en 2023 que estaba manteniendo desde el PSOE hasta ayer mismo, hoy pasa ya al AVE en 2026. Y todo arreglado. ¿Pero de verdad alguien se puede creer algo de esta gente?
De entrada, porque los presupuestos de Pedro y Pablo son una milonga dos tallas más grandes que la realidad, como el traje que lució para el acto el vicemoñazo Iglesias. Que nadie olvide que las cuentas de la lechera de estos dos embusteros tienen que pasar todavía el filtro de Bruselas y que ahí le van a meter tal meneo que se les van a caer los palos del sombrajo y las horquillas del moño. De no mediar un inesperado brote psicótico entre los responsables económicos de la Unión Europea, es imposible que no nos devuelvan a corrales (perdón por la referencia taurina, pero mientras tengamos un ministro de Cultura como el actual, aculado en las tablas de la ley progre, habrá que hacer valer determinados valores) unos presupuestos que básicamente vienen a consolidar la desbocada deuda pública que nos pretenden colocar a nosotros y a nuestros nietos este par de irresponsables, que ni bajan los impuestos ni reorientan desde el sentido común el gasto público.
Pero como la memoria falla menos que las previsiones económicas, es bueno que recordemos que no es la primera vez que a los almerienses se nos promete una lluvia de millones. Cortázar escribió que uno no elige la lluvia que le cala los huesos, y parece que eso es verdad para todos salvo para la Coral Vajillas del PSOE almeriense, que ha preferido volver a dejar sobre la mar la sutil estela de su descaro al proclamar alborozados la buena nueva de los millones venideros, traduciéndola además como una muestra más del enorme compromiso de Pedro Sánchez con la provincia de Almería y tal y cual. No merece la pena responderles ahora con el detalle de todas y cada una de las veces que los gobiernos socialistas han prometido inversiones que jamás llegaron o nunca existieron. Allá ellas y ellos con la deglución de los embustes que fabrican. El que se los quiera tragar que vuelva a abrir bien la boca a ver hasta dónde le llega esta vez. Recuerde el alma dormida las promesas de antaño. Los consejos de gobierno de la Junta que montaba el superconsejero Martín Soler en Almería, que eran como la Nocilla para las rebanadas de la prensa local. ¡Qué bien se unta! ¡Qué sabor! ¡Qué maravilla! ¡Qué merendilla! Ver al PSOE repitiendo la misma jugada doce o trece años después, produce una mezcla de ternura e indignación que a mí me va cambiando por momentos, la verdad.

Noticias relacionadas