Una de las cosas a las que no me logro acostumbrar después de tantos años de profesión, es al doble rasero que sin distinción de color, aplican los políticos a todo tipo de cuestiones, cómo son especialmente generosos en la autovaloración y radicalmente críticos con el oponente. Alguien podrá decir que eso es normal, que incluso eso lo hacemos con nosotros mismos, y no les falta razón, pero cuando se trata de una gestión pública, a la vista de todos, pues uno comienza a pensar que el problema es el hormigón armado con el que algunos revisten su idea de que la ciudadanía, o es tonta, o tiene memoria de pez.
Va todo esto porque leo en el diario Ideal una entrevista a la delegada del Gobierno andaluz en Almería, Maribel Sánchez Torregrosa, en la que destaca que ésta ha sido “por fin, la niña mimada” de la Junta de Andalucía, y me pregunto qué pensarán de ello nuestras siete hermanas, y si también los representantes autonómicos en cada una de ellas habrán dado titulares similares.
Pero tal afirmación no desmerece de otras anteriores de la propia Susana Díaz, lideresa del socialismo andaluz hasta que Pedro Sánchez toque a rebato, quien en entrevista electorales de 2015 (en La Voz de Almería) señalaba “Dije que Almería sería una prioridad para mí y eso es lo que he hecho”, y en 2018 (en Ideal) reiteraba que “He cumplido todos los compromisos con Almería”.
Es una pena que los almerienses no opinasen lo mismo y el PP le sacara 10.000 votos de diferencia en 2015, y más de 3.000 en 2018, pero por no entrar en comparar con otros, podemos recordar que Susana Díaz logró en las últimas elecciones autonómicas 67.908 papeletas, y tres años antes 88.709, y con José Antonio Griñán como candidato, y hasta entonces el peor resultado en sufragios en la historia del PSOE andaluz, fueron 93.790.
El caso es que Susana Díaz hablaba de Almería como prioridad, y aseguraba haber cumplido, cuando las obras del hospital materno-infantil permanecían paralizadas tras años de esperar la primera piedra, cuando no se había hecho nada de lo prometido en el Cable Inglés tras lustros anunciando proyectos, cuando se tenía parada la Casa del Mar… y eso por solo mencionar cuestiones muy visibles por estar en la capital, porque si nos vamos a la provincia, rozamos la tragedia, paliada en ocasiones por el esfuerzo de los alcaldes y alcaldesas de uno y otro color que han ido recibiendo apoyo desde la Diputación provincial, porque esa es otra, esta institución, nutrida del voto municipal, mantiene mayoría absoluta desde hace tres mandatos… por algo será.
Y es que los socialistas lanzan dardos en cualquier dirección, y al final es difícil que se no se conviertan en diana de un buen número de ellos.
Lo cierto es que el PSOE aún tiene que aprender lo que es hacer oposición, porque están haciendo lo mismo que haría un partido que ha chupado banquillo muchas legislaturas, se ha renovado en sus cuadros, y critica al gobierno con la legitimidad y la tranquilidad que da no sentirse responsable de los errores del pasado. No es el caso del PSOE-A, que no se ha renovado en ningún sentido a pesar del creciente desafecto que demuestran las urnas, y no se dan cuenta de que los andaluces tenemos muy fresco aún en la memoria los motivos por los que poco a poco fueron perdiendo votos.