El Tarot de Marsella, baraja clásica que inspiró todos los diseños que surgieron después, cuenta con 78 cartas. Las cartas de este mazo de tarot se conocen con el nombre de arcanos y se dividen en dos grupos: los arcanos mayores y los arcanos menores. Los arcanos mayores se distribuyen en 22 cartas y los arcanos menores en 56.
Los arcanos menores representan el mundo diario y cotidiano de las personas. Estas cartas reflejan nuestras acciones, intereses y métodos para lidiar con el mundo que nos rodea. También se encargan de ilustrar situaciones, acontecimientos y problemas concretos. Los 56 arcanos menores se relacionan de forma puntual con los aspectos más mundanos de la vida creativa, emocional, material o intelectual. Estas cartas reflejan sentimientos, ideas, deseos y el estado en el cual se encuentran nuestras metas, relaciones sociales y proyectos.
Los arcanos menores tienen 40 cartas numéricas que van desde el 1 al 10 en cuatro palos diferentes: bastos, copas, oros y espadas. El As ocupa el lugar del 1 y el resto de las cartas numéricas van del 2 al 10. Las 16 cartas restantes son las cartas de la corte. Reciben este nombre porque muestran a personajes de la realeza y de la aristocracia. Las cartas cortesanas son cuatro por palo y tienen los siguientes nombres: paje, caballero, reina y rey. En una lectura, pueden referirse a la persona que consulta, así como también a figuras de su familia, trabajo u otros personajes cercanos.
Los bastos se vinculan con el elemento fuego, que es un elemento activo. Este palo se refiere a todo aquello que nos brinda entusiasmo y vitalidad. En una lectura, se conecta con los proyectos, los hobbies, el disfrute y la sexualidad.
Las copas se vinculan con el elemento agua, que es un elemento receptivo. Este palo se conecta con el mundo emocional. En una lectura, estas cartas señalan relaciones románticas, expresión de los sentimientos y exaltación de las emociones, ya sea por el lado de la tristeza o de la felicidad.
Los oros se relacionan con el elemento tierra, que es un elemento receptivo. Este palo se conecta con el mundo material. Pero no solo a través del dinero. En una lectura, estas cartas pueden señalar nuestro cuerpo, casa, recursos y también valores intangibles.
Las espadas se vinculan con el elemento aire, que es un elemento activo. Este palo representa la actividad mental. En una lectura, pueden ilustrar ideas, estudios, invenciones. En su aspecto más negativo, pueden señalar ansiedad, pensamientos obsesivos y la imposibilidad de relajarse.
Aunque primero suelen incorporarse los significados de los arcanos mayores, no es justo dejar de lado a los arcanos menores. Los cuatro palos de los arcanos menores podrían verse como las cuatro patas de una mesa: sin su presencia, la tabla de la mesa (es decir, los arcanos mayores en esta metáfora) no podría sostenerse. Es importante recordar que los dos grupos de cartas se complementan a la perfección y son necesarios para brindar una lectura exhaustiva y detallada.