La peor tasa de incidencia acumulada se da en el distrito de Almería, mientras que el de Levante-Alto Almanzorra presenta los mejores datos
El pasado domingo 9 de mayo finalizó el estado de alarma que permitía a las Comunidades Autónomas mantener las restricciones de movilidad y reunión en sus territorios. Como consecuencia de esto, cada lugar ha tomado sus propias decisiones para mantener a raya la pandemia de coronavirus: Andalucía no es la excepción a esto, y ha adoptado un plan de actuación por fases que devolverá la normalidad a los habitantes de las diferentes provincias, adaptándose a la situación de cada municipio.
En Almería se presenta actualmente una incidencia acumulada de 120’5 puntos, la segunda más baja de la comunidad, solo por detrás de los 88’9 puntos de Cádiz. Este número se encuentra muy lejos del pico de 1.311’8 que se llegó a alcanzar durante la 3º ola de coronavirus que azotó al país, con lo que la situación se presenta mucho más favorable ahora que finaliza el estado de alarma.
Existen actualmente 4 niveles de alerta en los que se aplican diferentes medidas respecto al permiso de apertura de negocios, aforos y reuniones entre personas. La provincia de Almería se encuentra hoy entre los niveles 2 y 3: los distritos sanitarios de Poniente y Levante poseen las restricciones más laxas (restauración abierta hasta las 12, pubs y discotecas con aforo interior a la mitad, ocupación completa de las terrazas…) mientras que en el de Almería se aplican las limitaciones del nivel 3 (menos aforo permitido en terrazas e interior, se prohíbe el consumo en barras, se reduce el número de comensales por mesa…).
Las restricciones de movilidad se aplican con criterios ajenos a los de los niveles de alerta: cualquier municipio de más de 5.000 habitantes que supere una incidencia acumulada de más de 1.000 puntos deberá quedar aislado, mientras que en los lugares cuya población sea más reducida se estudiará individualmente si se aplican cierres perimetrales.
En nuestra provincia hay dos municipios con restricciones de movilidad: Santa Fe de Mondújar y Sierro. El primero de ellos acumula una incidencia acumulada de 1.084’6, mientras que el segundo llega a los 791’6 puntos. A pesar de que ninguno de estos lugares se encuentra en el nivel máximo de restricciones, es precisamente su alto nivel de incidencia el que obliga a cerrarlos perimetralmente. Poblaciones más densas, como la capital de la provincia o el municipio de Níjar, presentan incidencias mucho más bajas (de 185’3 y 205’3 respectivamente).
Almería sigue una tendencia a la baja que ya había comenzado en febrero (durante el pico de la tercera ola): a pesar del pequeño ascenso vivido en la incidencia a mediados del mes pasado, los primeros días tras la finalización del estado de alarma no dejan de arrojar buenas cifras, con un descenso de más de 150 puntos en la incidencia acumulada a 14 días con respecto a los datos de hace dos semanas.
El plan andaluz de estabilización posterior al estado de alarma contempla una serie de fases que, previsiblemente, finalizarán el 21 de junio con la normalización y el mantenimiento del sistema de alertas. Actualmente, ningún municipio de ninguna provincia se encuentra en el nivel más bajo de restricciones, siendo la provincia de Granada la que tiene mayor cantidad de lugares con restricciones de nivel 4. Lugares como Málaga o Huelva presentan mayor estabilidad y relajación de las medidas.
Esta no es la única comunidad que utiliza un método parecido para el control de la COVID-19: Galicia también aplica una serie de niveles en base a los cuales escoger las prohibiciones en cada municipio; Canarias ha creado un semáforo que aplicar a sus islas y en base al cual regular temas como reuniones o toque de queda según los valores de indicadores sanitarios…
El sistema de diferentes tipos de alerta y adopción de medidas por municipios parece ser la alternativa comunitaria al estado de alarma para la lucha contra la pandemia. No obstante, la manera de aplicar los criterios en cada comunidad autónoma es diferente: existen límites menores de incidencia acumulada para establecer un cierre perimetral, así como el paso a niveles superiores o inferiores de alerta.