Rafael M. Martos | Jueves 20 de mayo de 2021
En este minuto y hora de la crisis abierta entre Marruecos y el Estado español, todo el mundo coincide –con la excepción de la despistada ministra de Exteriores Arancha González Laya- que es fruto de un desencuentro del que la última gota ha sido la atención sanitaria del presidente de la República Árabe Saharaui Democrática, Brahim Gali, en un hospital de Logroño.
Pero lo que a día de hoy no sabemos es qué piensan hacer los distintos partidos políticos para resolver esta situación.
En 1860 aquel territorio lo colonizó España, y poco más de 20 años después, en la Conferencia de Berlín se le reconoció una extensión de desierto adyacente a su zona costera de Río de Oro, después, en 1920, la colonia se constituyó en el Protectorado del Río de Oro; en 1934 integró con Ifni el África Occidental Española, y en 1957 se convirtió en una provincia de España. Una década después se planteó en la ONU ya su independencia mediante un proceso de descolonización porque lo de transformar aquel territorio en “provincia” para evitarlo no coló.
En 1975 Naciones Unidas instó a realizar un referéndum de autodeterminación, pero el expansionismo marroquí, un país nacido en 1956 pero cuya monarquía medieval reclama para su dominio también Ceuta, Melilla, Canarias, Mauritania, Mali y parte de Argelia, promovió la ocupación ilegal de aquel territorio lanzando la llamada Marcha Verde. Fueron unos 50.000 marroquíes, con niños y mujeres en primera línea, los lanzados por Hassan II contra las alambradas de la frontera minada… una muchedumbre desarmada contra la que lógicamente no disparó el Ejército español.
Marruecos aprovechó la agonía del dictador Francisco Franco, de su régimen, de la inexperiencia del entonces Príncipe Juan Carlos, y sobre todo, aprovechó a su hermano mayor, los Estados Unidos. Se dice que la amistad entre ambos países viene de que Marruecos fue el primero en reconocer la independencia norteamericana, pero no, porque Marruecos no existía por aquel entonces… quien lo hizo fue la monarquía alauita, y tal vez por eso el compromiso de aquellos es más con la familia real que con el pueblo, sobre cuya falta de derechos políticos, sociales y humanos, nunca ha dicho nada.
Así que ya ven, claro que lo del Sáhara tiene que ver con nosotros, y el derecho a la autoderminación de esta excolonia había venido siendo algo incuestionado en la política exterior española mandase quien mandase… otra cosa es que el asunto no se jaleara continuamente para no enojar al vecino del sur.
Lo curioso es que dentro de su estrategia de echar gasolina al fuego en vez de agua y llamar a los bomberos, Vox habla de militarizar Ceuta y Melilla ¿también Canarias? ¿evitará eso que un millón de marroquíes desarmados crucen la frontera? ¿pretende que disparen contra ellos los militares? ¿contra civiles?
Eso sí, sobre cómo resolver el conflicto originario, ni palabra. Pero es que el PP igual, y el PSOE lo mismo, y hasta Unidas Podemos guarda silencio.
Si el problema está en el Sáhara ¿cuál es la postura de cada partido político en este conflicto? Solo resolviendo esa cuestión se solucionará lo demás.
Y sí, eso también tiene mucho que ver con nosotros, y no solo porque España tenga la responsabilidad del proceso administrativo de descolonización.
Porque la satrapía alauita tiene el sueño del Gran Marruecos, y tras este enclave los siguientes objetivos son las ciudades de Ceuta y Melilla y el Archipiélago canario, y luego la desestabilización del norte de África con su reclamación sobre Mauritania y Argelia.
Si la idea es darle la espalda a los saharauis, lo más sensato es que el Estado español abandone sus territorios en aquel continente cuanto antes, y así ahorrarnos problemas económicos, sociales y políticos.
Pero si este silencio sorprende, no es menos clamoroso cómo se jalea la denuncia de una Asociación Saharaui para la Defensa de los Derechos Humanos contra el líder Polisario… una asociación que tiene menos de 500 seguidores en Twitter y casi todos son perfiles oficiales, una asociación que no tiene una página web, y cuyo presidente es miembro del Consejo Real Consultivo para Asuntos del Sáhara nombrado por el propio rey de Mohamed VI, y que en 2010 declaraba “creíamos en un nuevo Marruecos”… una asociación que, al menos desde esa fecha, no ha emitido ni una sola crítica contra el monarca alauí, que no ha abierto la boca para denunciar que el pueblo saharaui malvive medio siglo tirado en las arenas del desierto repartidos entre tres países y sin poder volver a casa, que no ha dicho nada del exterminio programado de la población saharaui en los territorios ocupados, ni de la colonización marroquí, encaminadas ambas cosas a inflar el censo de cara a un posible referéndum de autodeterminación… ni una palabra de las torturas marroquíes a saharauis, ni una palabra de la reciente incursión militar en los territorio liberados y que más de 80 estados reconocen internacionalmente, ni una palabra para que todo esto acabe con una consulta democrática y con garantías legales como mandató la ONU en 1975.
Y el otro denunciante es un señor que tiene como sueño político una Andalucía constituida en república independiente, pero que defiende que el Sáhara esté integrado en la monarquía marroquí.
Mientras esta asociación hace santo a Mohamed VI con la connivencia de todos los medios de comunicación de derechas, esos que defienden tanto a España que están dispuestos a perder Canarias, Ceuta y Melilla con tal de crucificar a Pedro Sánchez, alguien debería ir contándonos qué va a hacer España con el Sáhara Occidental, que de ser una república democrática independiente se convertiría nuestro mejor aliado contra el expansionismo marroquí, contra su capacidad para abrir y cerrar el grifo de la inmigración y la droga, los guardianes de Canarias, el pellizco en el trasero en caso de miradas golosas a Ceuta y Melilla, una vacuna contra el integrismo islámico en la zona, y un aliado económico fundamental con el que presionar a quien nos presiona.
Si el origen del problema es el Sáhara ¿qué piensa cada partido de este asunto?
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