Rafael M. Martos | Lunes 14 de junio de 2021
Susana Díaz es, de momento historia, porque no será la próxima candidata a presidir la Junta de Andalucía por el PSOE-A tras la decisión soberana de la militancia por una diferencia de 15 puntos por debajo de Juan Espadas. Esto sinceramente creo que es una buena noticia para esta formación política que, al menos en el argumentario, va a poder poner distancia con la última década de socialismo andaluz protagonizada por Díaz, tanto en el gobierno como en la oposición .
Atrás va a quedar la candidata menos votada en la historia del PSOE-A, y la que perdió el Gobierno ostentado y detentado desde que logramos la autonomía. Esto, como digo, para el PSOE-A puede ser bueno porque podrá dar por amortizadas todas aquellas acusaciones basadas en la memoria reciente que le hagan desde el resto de formaciones políticas, aunque bien es cierto que Juan Espadas también estuvo allí.
¿Y ahora qué será de Susana Díaz? ¿Cuál es el futuro laboral de alguien que no tiene pasado laboral?
Es una de las grandes incógnitas abiertas en estas primarias, porque a Díaz no se le conoce profesión alguna fuera de la política, a la que llegó ya de concejal de Juventud defendiendo las “botellonas” tras ingresar con 17 años en las Juventudes Socialistas, y de ahí en adelante fue encadenando cargos hasta ahora, hasta el punto de que tardar una década en acabar la carrera de Derecho. No, no es que fuera torpe, es que sencillamente había otras cosas que le importaban más.
Pero no crean que el caso de Espadas es muy distinto, porque él también estudió lo mismo, aunque acabó en los cinco de rigor, y en 1989 terminó, justo ese año entró como asesor jurídico de la Agencia de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, que ya es tener suerte, recién acabado ¡asesor jurídico en la administración autonómica!
Pues eso, desde ahí ha sido un no parar, que si concejal, que si alcalde, que si senador, que si parlamentario, que si consejero…
Es por esto que no debe extrañarnos nada la pasión con la que algunos políticos defienden sus ideas, porque en realidad lo que defienden es su puesto de trabajo, pero esto no es lo más significativo, lo peor es que son estas mismas personas que jamás han ‘emprendido’ un negocio, que jamás se han jugado su patrimonio, que nunca han tenido que pagar nóminas, que nunca ha pagado un billete de avión, o de tren, que no han pagado la factura del móvil en su vida, que no han pagado ni el internet de casa, que se alojan en hoteles estupendos y comen en magníficos restaurantes porque nunca pagan ellos… pues sean estos, quienes sin tener ni idea de qué hablan, nos dicen lo estupendo que ser un profesional autónomo, las ventajas para el mercado laboral de subir el salario mínimo, quienes dicen cómo debe funcionar el sistema educativo o el sanitario, o el sistema fiscal, o las migraciones, o la política internacional…
Pero junto a Susana Díaz caerán otros que la han acompañado, y que probablemente carecen de profesión alguna a la que regresar tras la política, y hablamos de gente de cuarenta o cincuenta años, que lo único que ha hecho en su vida es pasar de un cargo público a otro y ahora se ven la circunstancia de quedarse fuera… muchos ya lo hicieron cuando el PP y Ciudadanos alcanzaron el Gobierno andaluz, pero ahora lo harán otros tantos cuando sea los de Espadas quienes ocupen el espacio que Susana pierde.
Pero como esto no es algo exclusivo del PSOE ni mucho menos, no debe extrañarnos que en Ciudadanos algunos se tienen las ropas y ya estén pensando en cuál será su futuro si a las próximas elecciones autonómicas su escaño ya no es suyo.
Se suele decir que los políticos ganan poco, y no es cierto. Ganan más de lo que parece, pero sobre todo, ganan más de lo que se les pagaría en la vida real, y también en esa vida real, tendrían muchos más gastos.
Ahora, Susana Díaz, va a comenzar a experimentar todo esto, y muy joven para pensar que su vida política ha acabado ya.
Noticias relacionadas