Rafael M. Martos | Viernes 27 de agosto de 2021
No sé si es insolidaridad, o puro desconocimiento sobre los mecanismos económicos y legislativos más simples, pero lo de la concejal de Podemos en el Ayuntamiento de Almería, Carmen Mateos, ha sido de traca al presentar una moción para que se reduzca a 32 horas semanales la jornada laboral de los funcionarios municipales.
Hasta el secretario municipal tuvo que intervenir en la sesión para dejar claro que aprobar la moción podemita supondría incurrir en una ilegalidad, por cuanto ese es un asunto sobre el que la Corporación municipal no tiene competencias.
Pero más allá de eso, a Mateos le cayeron por todos lados, y es que nadie apoyó su moción, que al final retiró precisamente por la cuestión de incompetencia, no encontrando respaldo ni tan siquiera de los socialistas.
Entre las respuestas que recibió cabría destacar la del concejal delegado del Área, Juanjo Alonso, y que volvió a demostrar la ignorancia de Mateos a pesar de los años que ya lleva calentando escaño en el Ayuntamiento. Además de desconocer que el plenario no puede decir sobre este asunto por invadir competencias de otros -¿para qué sirven los asesores de los grupos municipales, si no asesoran, a qué se dedican los concejales durante todo el mes si luego llevan mociones inaceptables legalmente?- la concejal tuvo que escuchar que Podemos pedía en su programa la jornada de 37 horas semanales, que ella está pidiendo 32, y que en el Ayuntamiento es de 35, pero también desconocía lo llena que está la bolsa social de los empleados municipales, tan llena que era para sonrojarse al ir detallando Alonso solo algunas de esas ventajas que tienen estos trabajadores, pero no los de la administración central.
La propuesta era de lo más inoportuna, pero es lo que tiene manejar el dinero de todos… como si no fuera de nadie. Es lo que tiene creer que el dinero es un elemento de generación espontánea, porque lo más cerca que ha estado de conocer como se genera es un cajero automático, en el que metes la tarjeta… y misteriosamente, salen billetes… En fin, que como diría Jordi Sevilla a José Luis Rodríguez Zapatero, Carmen si quieres te lo explico "en dos tardes", unos fundamentos básicos que nos enseñan en Periodismo y luego un poco de interés.
Pero es curioso que por ejemplo, los socialistas compartieran las bondades de la reducción de horas argumentando como Podemos, que permitiría reducir el desempleo, al tiempo que estiman que menos horas de trabajo aumentarían la productividad, motivo por el que se mantendrían los salarios. Aquí hay algo que no encaja: si se reducen las horas y se mantiene la productividad… no hacen falta más empleados, por lo que no puede bajar el desempleo. Y es que añaden ambas formaciones, que así se facilitaría la conciliación familiar, es decir, que no necesitaríamos tantas “guarderías” o escuelas infantiles, tantos comedores escolares, tantas aulas matinales, tantas personas atendiendo a familiares mayores o incapacitados… vamos, que nos cargamos a todo este sector laboral, pero nada, oiga… que aumenta el empleo bajar las horas de trabajo a los funcionarios.
Es más, no se puede pedir una reducción de horas con la excusa de mejorar la productividad, al tiempo que se quejan de que hacen falta más empleados, y que si las cosas funcionan en el Ayuntamiento es gracias a que son muy productivos. Bueno, pues si son muy productivos ¿de verdad que pueden serlo más aún? Pues entonces quizá es que no lo son tanto ¿no?
Al margen de estas incongruencias acumuladas, lo peor es la insolidaridad. Es fácil hablar de reducir horarios en la administración pública y mantenerles los salarios que pagamos entre todos, mientras los autónomos no tienen horario… abren el bar, o la tienda, o ponen ladrillos, o meten cables, o preparan pleitos… o escriben para una periódico… todas las horas del día y parte de la noche, cuando se les suben las cotizaciones a la Seguridad Social, o se les suben los impuestos, o se les sube el precio de la luz, o del combustible… y para poder pagarlo, hay que trabajar más horas, abrir más horas el bar o la tienda, poner losas además de ladrillos, o poner enchufes además de cables, o meterse en política para ganar más que preparando pleitos o hablando por la radio…
¿Qué le parece a Mateos que un autónomo trabaje una media de 70 horas a la semana, y un funcionario municipal 32? ¿Es que el autónomo es un perfecto inútil que necesita trabajar 70 horas para ser al menos tan productivo como un funcionario que lo hace 32?
¿Realmente la solución para salir de la crisis en la que estamos es que el dinero público vaya a ampliar la plantilla de funcionarios en vez de a impulsar la actividad económica de las empresas privadas y los autónomos? El dinero es el que es, y gobernar es tomar decisiones.
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