Opinión

El día que invitamos a Herodes al bautizo

Antonio Felipe Rubio | Martes 14 de septiembre de 2021



Emulando la sutileza del interviniente en la Cadena SER al distinguir a la ministra Irene Montero con la sublimación de la antología del piropo: “¡tienes un coño como esta mesa!”, puedo decir que tenemos un carajo como la Torre de Salvamento Marítimo.

Nada que reprochar a la puesta en escena de un evento más aproximado a la reaparición de Pink Floyd o al ascenso del Almería a Primera. Cualquier cosa menos un acto reivindicativo de una humillante carencia perentoria para las reclamadas reiteradamente necesidades de una provincia que ha padecido, y sigue padeciendo, las dificultades y oportunidades que nos niega una infraestructura de comunicación decente.

La “fiesta” del AVE cumple varios objetivos. A la Cámara le viene bien, y a su presidente más aún. Sus predecesores han sido personajes conspicuos: Cosentino y el MacGregor superan la popularidad de la que carece el actual presidente -no menciono su nombre por si usted, si no es concernido, puede mencionarlo- . Además, la Cámara agradece un impulso/campaña de penetración social, dado su actual carácter de adhesión voluntaria por parte del empresariado. Por otro lado, la Cámara de Comercio tuvo un protagonismo determinante en la reivindicación de las infraestructuras, especialmente autovías; pero eran otros tiempos, otra dignidad y otra independencia.

Cuando Pepe Vallejo Osorno presidía la Cámara no cesaba de criticar la pérdida de oportunidades para la economía almeriense por las pésimas comunicaciones. Los camiones que llevaban la agricultura a Europa tenían que pasar por el Cañarete, puente de Rioja y resto de la N-340. Así, la Cámara, ante el desprecio del Gobierno; sin olvidar a nuestros diputados almerienses que estaban conformes con que la Autovía del Mediterráneo no llegara hasta la capital y pasase por los Vélez…, Vallejo, sin pamplinas ni eventos lúdico-culturales, encargó una campaña de páginas de prensa en los principales periódicos de tirada nacional. El titular era “Almería sin salidas”, y hacía referencia al abandono del Gobierno en autovías, ferrocarriles y soluciones aeronáuticas. Nada de pasteleo, brindis con cava y églogas pastoriles de una sociedad estabulada en la complacencia del redil timorato con el gobierno. Excuso decir, que con el apoyo de un par de “malditos” medios de comunicación (La Crónica y Antena3 de Radio) se consiguió hacer reaccionar a la sociedad almeriense, excitar a la oposición (“La Burromarcha” con Tadeo, Guijarro, Verdejo, Lomas…) y amplificar la voz de la desesperación en Antena3 con Antonio Herrero y M. A. García Juez.

Luego llegó la Mesa de las Infraestructuras, un obrador de incesante pasteleo que edulcoró concluyendo: “La gran mayoría de las carencias reivindicadas (agua, carreteras, ferrocarriles, etc.) han sido superadas”. Y, mientras tanto, Mesa del Tren que criticaba al ministro (PP) el día anterior a sus diferentes visitas a Almería, pero no se ofende porque la máxima autoridad de ADIF (PSOE) no le dé -ahora- ni los buenos días. Y, mientras tanto, Sánchez Teruel (PSOE) pone en marcha un contador de días de las obras paradas por el Gobierno (PP), cronógrafo que desaparece con el advenimiento de Pedro Sánchez.

Pero lo que más me enoja es la imagen que hemos dado y, sobre todo, la transmisión de la manera que tenemos los almerienses de reivindicar nuestras carencias.

Imaginen a ese Fernando Martínez reportando a La Moncloa: ¡Oh, Pedro! Éxito total. Nos han puesto música, humor, bailes regionales, un Photocall… y han brindado con champagne. Bien es cierto que hubiese preferido algún madrigal o motete para agasajar nuestros refinados gustos musicales, pero la fiesta no tuvo ninguna mención a nuestro gobierno y a tu egregia figura. Lo estamos haciendo bien, Pedro; lo estamos haciendo mu-y bi-en. Y no temas, Pedro, que nadie nos cuestionará. Yo dejé en la mísera ruina al Ayuntamiento de Almería y aquí me tienes, en la “Memoria”. Hay que jugar con la memoria de los almerienses: nadie recuerda los 10 años de retraso en la A-92. Nadie recuerda la chapuza de la Casa Consistorial y Plaza Vieja. Nadie recuerda la redia del Almanzora. ¡Joder, Pedro! Le dieron un premio a la (****) Susana los del mármol cuando iban a la fiesta dando saltos por la carretera que tiene que comunicar sus industrias con la autovía. No te preocupes, Pedro, tú ocúpate de nuestros intereses que ya ves cómo se ocupan los almerienses de los suyos. ¡Son capaces de invitar a Herodes al Bautizo! Jajajajaja.

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