Opinión

Gracias Señor, por la vida, la Tierra y el Sol

Jose Fernández | Martes 14 de septiembre de 2021
No estaba allí para acreditarlo, pero apostaría todos mis ahorros a que un escalofrío de estupefacción paralizó al ministro de Presidencia, Felix Bolaños (el que hace unas semanas vino a Almería a intentar colarnos una bacalá infame sobre los plazos del AVE) al escuchar a Pedro Sánchez diciendo en una entrevista de TVE que en España se había vacunado a la gente sin preguntarles antes qué votaban. Este tipo de entrevistas, que conociendo al personaje y el ajardinado medio del que hablamos se coreografían previa y meticulosamente, no suelen producir más titulares que los manufacturados y previstos, salvo que el entrevistado se salga por la tangente y se le caiga algo del bolsillo. Y eso fue lo que pasó el otro día en la 1, cuando al presidente se le deslizó esa inconveniencia, probablemente por la incomodidad de ver que el periodista, Carlos Franganillo, incurría en el insólito atrevimiento de repreguntar sobre lo ya previsto. Con semejante desmarque (en los tiempos que corren, ver a un profesional haciendo escrupulosamente su trabajo es digno de mención aparte) nuestro guapo y bien perfilado presidente acabó soltando un disparate que, bien pensado, más que crítica política debería suponer un diagnóstico médico.
¿Se imaginan que el alcalde de Almería se ufanase en una entrevista de que los servicios municipales barren las calles, suministran agua corriente, riegan los jardines o sofocan los incendios de los vecinos sin preguntarles antes si le habían votado o no en las elecciones? Naturalmente, al regidor que dijera semejante imbecilidad en una entrevista le faltarían palas para excavar no ya un agujero, sino una falla tectónica (saludos al diputado Indalecio Forrest Pan) para ocultarse de la que sin duda le caería encima. Y le caería por cretino, no por otra cosa, porque hace falta ser idiota para decir algo que, de pensarse debe mantenerse bajo siete llaves cerebrales y de decirse, debe ir aparejado de la inmediata dimisión por incompatibilidad ética con el cargo.
Lo que pasa es que Sánchez está mal de la cabeza. Lo he escrito más de una vez, con el riesgo que supone afrontar una conclusión facultativa desde la mera observación periodística. Pero en este caso me acojo al eficaz recurso del pato. Si habla como un chiflado, camina como un chiflado y dice chifladuras al ser entrevistado, lo más probable es que estemos ante un chiflado de tomo y lomo. El problema es que este chiflado es presidente del Gobierno de España con la ayuda directa de una purria de agrupaciones y bandas que tienen como único fin común la destrucción de España.
Pues nada. Elevemos preces y demos las gracias al magnánimo y generoso Vacunator Maximus, que ha tenido a bien autorizar la inyección de medicamentos a los que no le hemos votado, que debemos ser conscientes de que le debemos la vida. Levanto mis ojos a los montes y me pregunto ¿de dónde me vendrá el auxilio? Pues el auxilio me viene del señor Sánchez, que hizo el Cielo y la Tierra. Solamente un facha recalcitrante podría decir ahora que las vacunas las pagaba Europa y las ponía la Junta de Andalucía. Eso son menudencias y tecnicismos reaccionarios. El que nos ha salvado es Pedro Sánchez y no somos dignos de estar en su presencia. Amén.