Almería

Palomares en el triángulo tóxico de Andalucía

Lunes 28 de marzo de 2022
Así lo ha reseñado la senadora andalucista González Modino al abordar la ley de Residuos y Suelos Contaminados

La senadora andalucista Pilar González Modino ha marcado en la Cámara Alta el triángulo tóxico que convierte a Andalucía en "vertedero del Estado español" y en uno de los vértices aparece la localidad de Palomares, donde cayeron las famosas bombas atómicas norteamericanas en 1969.

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La andalucista participaba en la defensa de enmiendas a la ley que se llama de Residuos y Suelos Contaminados para una Economía Circular, detallaba que "les hago un mapa en 3 minutos: en Andújar, Jaén, está la antigua mina de uranio con residuos tóxicos y químicos radiactivos enterrados bajo un montículo de tierra; en Palomares, Almería —muchos de ustedes no habían ni nacido—, cuatro bombas termonucleares accidentalmente cayeron allí —recordarán la foto icónica del señor Fraga con las calzonas saliendo del agua— y siguen las hectáreas de suelo contaminado y con residuos en la playa de Palomares; El Cabril, en Hornachuelos, Córdoba, el único almacén de residuos nucleares del conjunto del Estado. Podríamos hablar de Jaén, Almería y Córdoba, pero la zona cero de los residuos del Estado es Huelva. En la ciudad de Huelva, apenas a 500 metros del núcleo urbano, se encuentran las cuatro balsas de residuos industriales de fosfoyesos de la empresa Fertiberia, acumulados durante medio siglo en plena marisma del río Tinto: 120 millones de toneladas de residuos. Presentan fisuras y existe un riesgo cierto de que se produzcan vertidos y nuevos desastres ecológicos. Por si fuera poco, además de las balsas de fosfoyesos de Huelva está el vertedero de Nerva. ¿Alguien puede pensar que el lugar más razonable para dejar los escombros contaminados de un astillero en Montenegro es un pueblo, una localidad de Huelva que se llama Nerva? Otra vez cerca de los vecinos, a 700 metros de las viviendas, hay varios miles de toneladas —que se han sumado a las que ya estaban— traídas de los Balcanes recientemente. Nosotros nos preguntamos quién se beneficia de estas decisiones, porque a quién perjudica lo tenemos nítidamente claro: a las vecinas y a los vecinos de Nerva, de Huelva y del conjunto de Andalucía. En principio, ese vertedero iba a servir para los residuos tóxicos de la provincia, nada más, pero se acogen también residuos tóxicos del conjunto de Andalucía, de Portugal y de Europa. Ese vertedero es ahora mismo un campo sin vallado, sin ningún tipo de control, y no puede descansar sobre la ciudadanía y su movilización el hecho de paralizar otro traslado de residuos: tiene que haber algún ordenamiento jurídico que evite la zona cero de residuos en el Estado que tenemos en Nerva, Huelva, y en el conjunto de Andalucía. (La señora vicepresidenta, Narbona Ruiz, ocupa la Presidencia). Hemos presentado muy pocas enmiendas y dirigidas a principios generales de la ley. Una de ellas dice que hay que mantener la coherencia con el objetivo y el espíritu de la propia ley, que es conseguir el mejor resultado medioambiental y no poner por encima la viabilidad económica. La enmienda que destaco ahora, y termino, hace referencia a que los principios de autosuficiencia y proximidad se deben aplicar a todos los residuos, no solo a los residuos urbanos, con el criterio de minimizar el impacto medioambiental y la huella ecológica en su transporte y en su gestión, y así evitaremos que de terceros países de la Unión Europea, o de cualquier lugar del mundo, vuelvan a llegar toneladas de residuos al vertedero de Nerva".

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