La estrategia de los futbolistas ha vuelto a ser desacreditar a la víctima
La tercera y última sesión del juicio contra los jugadores de fútbol Santi Mina y David Goldar, por el presunto abuso sexual de una joven en Mojácar en 2017, ha permitido desvelar nuevas claves de un proceso en el que la estrategia de los acusados ha sido en todo momento la de desprestigiar la víctima al tener muy complicado desmentir los hechos denunciados.
Tras la primera sesión celebrada a puerta cerrada y en la que declararon los dos futbolistas, el miércoles ya se conoció que habían contratado a un detective, quien realizó un informe sobre la vida de la víctima, y las defensora de Mina se interesó sin ningún pudor por el modo en que vestía la mujer, si llevaba ropa ajustada, o minifalda, y también cómo se relacionaba con su entorno, o cómo se divertía.
El jueves se ha podido escuchar una línea similar en la defensa de Goldar, a pesar de que la Fiscalía no presentaba cargos contra él. En este caso se ha insistido en que fue ella la que se dirigió a los jugadores, y se ha dado a entender que incluso les pidió dinero.
Por su parte, la acusación particular ha hecho público que fueron ellos quienes llegaron ofrecer hasta 400.000 euros a la mujer para que retirara la denuncia y el caso no llegara a juicio.
En cuanto a las pruebas propiamente dichas, cabe destacar que según la psicóloga que atendió en Madrid a la víctima, la sintomatología que presentaba “era evidente desde el primer día” y coincide con el estrés postraumático y reexperimentación, que es habitual en este tipo de situaciones. Esa opinión ha pretendido ser desmontada por los psicólogos contratados por los jugadores, para quienes los vómitos, los lloros y demás, podrían ser compatibles con otros trastornos, y que también podría tratarse de una exageración intencionada por parte de ella.
El Fiscal por su parte cree que “está claro” que presentaba todas las características psicológicas posteriores a una agresión sexual, y sostiene que no pueden negarse unos hechos que son evidentes, motivo por el que mantiene su petición de 8 años de cárcel para Mina, el único al que acusa.
Contra Goldar solo presenta acusación la víctima, a quien implica por consentir y no impedir la agresión, motivo por el que reclama para ambos 9 años y medio de prisión.
Tras escucharse los informes finales de la Fiscalía, la acusación particular, y la defensa de Goldar, para el viernes se prevé la de Mina, así como la posibilidad de que hagan uso del derecho a tomar la palabra.