Opinión

¡Qué pesadez!

(Foto: malasombra).
Rafael M. Martos | Martes 21 de marzo de 2023

Desconozco en estos momentos qué efecto tendrá en el electorado la moción de censura de Vox contra Pedro Sánchez, pero me atrevo a intuir que entre quienes la hemos seguido, el dictamen será casi unánime. No perdonaremos a Vox el castigo que nos ha impuesto, algo que ha venido por persona interpuesta, y no me refiero al candidato Ramón Tamames, sino al presidente Pedro Sánchez, y sí, también a su vicepresidenta Yolanda Díaz.

[publicidad:866]

Que Sánchez, después de intervenir largamente dándole réplica a Santiago Abascal, necesitara casi dos horas para responder a la primera intervención de Tamames, no tiene nombre, y es humano que el candidato clamara contra el “tocho de 20 folios” del presidente. Lo mismo que Díaz, a quien el viejo profesor respondió con muy pocas palabras, al señalar que estaba presentando su proyecto político.

Creo que Sánchez, extendiendo intencionadamente su discurso ralentizando el ritmo, parándose, hablando lento, solo tenía por objeto provocar efectos indeseados en el anciano cuerpo del candidato.

[publicidad:866]

La inutilidad de la moción radica en que era imposible que fuese ganada por los proponentes. Además, el argumento de que una vez ganada, el investido convocaría elecciones generales resulta absurdo, ya que en cualquier caso éstas se llevarán a cabo antes de finalizar el año. En caso de ser ganada y cumplirse lo anunciado, las elecciones podrían haberse celebrado en septiembre u octubre en lugar de diciembre.

Haciendo un repaso por las intervenciones, prefiero pasar por alto las palabras del Gobierno porque son pesadas, pero no me resisto a llamar la atención sobre un par de detalles muy curiosos. Uno es que Sánchez quiso hacer al PP corresponsable de la censura, a pesar de su anunciada abstención, y tanto Alberto Núñez Feijóo como Mariano Rajoy fueron los protagonistas ausentes. Lo otro es que Sánchez se afanó en criticar el talante agresivo de Abascal, cuando fue mucho menos faltón que él con gran diferencia.

[publicidad:866]

Otra cuestión es que Sánchez se aferró al discurso filtrado de Tamames, al tiempo que quiso caricaturizar a Vox, y Abascal supo salirse de ahí, pese a que luego Iván Espinosa de los Monteros deshizo ese avance. Sánchez quiso mostrarse como moderado, y por eso abordó así a Abascal, pero Espinosa... lo fastidió.

Del resto de los intervinientes, si comenzamos por el presentador, estuvo menos mal que otras veces, pero aún así, empezar criticando la vestimenta de los diputados no parece un acierto precisamente. En cualquier caso, no aprovechar la oportunidad para exponer un programa alternativo al del Gobierno, atacar al PP, añadir que hay que empezar de cero y acabar atacándolo de nuevo tampoco parece ser un acierto.

[publicidad:866]

De Iván Espinosa de Los Monteros es mejor no hacer referencia debido a la vacuidad de su discurso, ya vueltas que solo da a los mantras ideológicos de Vox sin ofrecer propuestas concretas para el día a día de los ciudadanos.

Como solo Vox ha apoyado su propia moción, los argumentos han sido reiterativos entre todos los portavoces, pero han tenido dos líneas fundamentales bien distintas.

[publicidad:866]

Inés Arrimadas, en nombre de Ciudadanos, y Ana Oramas, por Coalición Canaria, centraron muy bien los argumentos por los que Sánchez merecía la moción de censura.

Pero también fueron intervenciones valiosas las de Gabriel Rufián (ERC) y la de Aitor Esteban (PNV), que se oponían a la moción. Supieron construir unos buenos discursos, y dentro de ellos, se mencionó la falacia sobre el sistema electoral y cómo beneficia a los nacionalistas; demostraron que es mentira, pero faltó el dato clave, que era explicar por qué parece así.

[publicidad:866]

De lo que estoy convencido es de que Tamames se esperaba referencias a su pasado de político saltimbanqui, pero que jóvenes nacidos y criados en democracia descalificaran con tanta soltura la Transición, destilaran tanto odio y se hablara de Blas Piñar, del fascismo y de la Guerra Civil. Seguro que le ha sorprendido.

A falta de la intervención del Partido Popular, que será el miércoles, lo más lamentable es que los proponentes de la moción no han logrado ser vistos como alternativa al Gobierno PSOE-UP, y el Gobierno PSOE-UP ha sido incapaz de ofrecer algo nuevo y, sobre todo, incapaz de responder a nada de lo que se le ha preguntado, como por ejemplo, el tema del Sáhara.

[publicidad:866]

“Tenemos un bien precioso, que es el tiempo”, dijo Tamames, quien se preguntó: “¿Por qué tenemos que hablar tanto para no decir nada?”. Pues eso.


Noticias relacionadas