El debate entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, ha sido uno de los más tensos y agresivos de los últimos tiempos. Los dos políticos se han lanzado reproches e insultos personales sobre diversos temas de actualidad, como la política económica, la ley del 'solo sí es sí' o los planes de la Junta de Andalucía en Doñana.
Feijóo ha acusado a Sánchez de "soberbia que cabalga a lomos de la ignorancia", de "insolvencia supina" y de "no curar ni con una curandera". Sánchez ha reprochado a Feijóo su falta de experiencia y su salto fallido a la política estatal. "Su trayectoria no ha podido ser más decepcionante", le ha espetado. Por su parte Feijóo ha acuñado la frase con la que espera azotar en la campaña electoral: "Vengo a derogar el sanchismo".
Sánchez no se ha quedado atrás y ha respondido con ironía y sarcasmo a las críticas del líder del PP. Le ha dicho que "se le nota que no le gustan los debates" y que su política para adultos es una forma de presumir de que su líder es aburrido. También le ha cuestionado su gestión en Galicia y le ha recordado los casos de corrupción que salpican a su partido. "Esto le viene grande", le ha dicho. "Esto le queda muy lejos". Feijóo por su lado ha desmentido sus acusaciones sobre la gestión de la vivienda que le achacaba Sánchez, y ha acuñado otra frase más, la de que el presidente promete "el milagro de los panes y los pisos"
El debate ha estado marcado por la animosidad y los gestos visibles de desprecio y desagrado personal entre los dos contendientes. Ninguno ha cedido ni un ápice en sus posiciones y han mostrado una profunda distancia ideológica y personal. El cara a cara ha dejado claro que el clima político está más polarizado que nunca y que la campaña electoral será dura y sin concesiones.