Opinión

Compañías militares privadas

(Foto: malasombra).
Vicente García Egea | Viernes 30 de junio de 2023

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Como saben todos ustedes la condición de militar no se pierde nunca, incluso aunque no sigas en activo en la carrera militar, como es mi caso. Durante algunos años ejercí como Oficial del Ejercito de España, en el Cuerpo de Sanidad Militar. Os puedo asegurar que el espíritu militar te acompaña para toda la vida.

En los últimos años estamos asistiendo al crecimiento de forma exponencial de las compañías privadas militares, en estos momentos de máxima actualidad por el Grupo Wagner, de origen ruso, fundada en 2022. Aunque no es la única ni la más importante, las principales compañías militares privadas son, la norteamericana Academi, conocida como Blackwater, fundada en 1997, ha acabado posicionándose como la Compañía Militar Privada más poderosa del mundo, gracias en gran medida a los contratos obtenidos del gobierno estadounidense para Afganistán e Irak. La Británica Aegis, desde el año 2002 ha operado en multitud de rincones del mundo, y hasta Naciones Unidas ha requerido de sus servicios. DynCorp es una de las más antiguas del sector, fundada en 1946 en Estados Unidos como una especie de fuerza aérea privada, ha sido requerida por varios países a lo largo de su historia, La norteamericana Triple Canopy nacida en 2003, está formada por veteranos de las fuerzas especiales norteamericanas.. Executive Outcomes, sudafricana, fue capaz de darle la vuelta a la guerra civil de Sierra Leona,

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Los mercenarios siempre han existido, tradicionalmente procedían de regiones de Europa con escasos recursos. La existencia de estos soldados permitía a los reyes contar con auténticos soldados profesionales, De este modo, la presencia de unidades mercenarias fue siempre constante, sin embargo su eficacia no estaba siempre garantizada ya que vivían de la guerra y les interesaba el máximo alargamiento de los conflictos.

En el año 1648 se firmó la Paz de Westfalia y con ella se pondría fin a la Guerra de los Treinta Años, a la vez que se produciría el nacimiento del Estado-Nación. Militarmente esto habría de traducirse en una progresiva desconfianza en la figura del mercenario al no adaptarse al principio de soberanía nacional. Esta decadencia iría incrementándose, tras la Revolución Francesa, donde los ejércitos dejan de ser propiedad del rey y pasan a ser de la nación.

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Pero a partir de los años noventa del pasado siglo, comienza a desarrollarse los ejércitos privados. El entramado militar de las grandes potencias se reduce bastante, a la vez que se tiende a la mejora tecnológica. Estos procesos de desmovilización dan lugar a que surjan empresas que ofrecían esos servicios. Estas compañías militares privadas, que se insertan dentro de lo que conocemos como industria militar, en el año 2012 llegaron a mover unos 100.000 millones de dólares.

El Grupo de Trabajo que la ONU dirigido por el experto español José Gómez del Prado, en 2007 concluyó que les corresponde a los Estados resguardar el Estado de derecho, la seguridad pública y el orden público, y que, si lo hacen por medio de empresas privadas, la responsabilidad que les compete se mantiene intacta frente a las víctimas de los actos cometidos y al derecho internacional. También advirtió que la subcontratación de servicios militares a compañías privadas podría conducir a la privatización de las guerras.

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Los gobiernos deberían tener en cuenta que la pérdida del monopolio estatal del empleo legal y legítimo de la fuerza para asegurar la paz y el orden en el interior del territorio nacional, conlleva un aumento de su debilidad y una disminución de su capacidad de acción al depender de intereses que pueden ser contrapuestos a los del mismo Estado.


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