¡Extra, extra! ¡Paren las rotativas! El presidente en funciones del Gobierno, Pedro Sánchez, continúa disfrutando de sus merecidas vacaciones tras las elecciones del 23J. Pero lo más sorprendente de todo es que parece esperar que los partidos políticos que deben apoyarle en la investidura se acerquen a él para pedirle diálogo. Sí, señoras y señores, el señor Sánchez cree que a pesar de haber perdido las elecciones y de que el Partido Popular las haya ganado, todos deben estar pendientes de él y caer rendidos por su cara bonita, incluso el PNV, que ha dicho no a Alberto Núñez Feijóo pero aún no le ha dicho sí a él, o Junts, de quien también necesita el sí a cambio de “amnistía y referendum”, que no parece tema menor que pueda ser negociado por subalternos.
Parece ser que el presidente en funciones ha decidido tomarse un descanso bien merecido después de la intensa campaña electoral. ¡Y quién puede culparlo! Después de todo, liderar un país no es tarea fácil y todos necesitamos un respiro de vez en cuando. Sin embargo, resulta curioso que en lugar de aprovechar este tiempo para acercarse a los diferentes partidos políticos y buscar apoyos para su investidura, el señor Sánchez prefiera esperar a que sean ellos quienes se acerquen a él.
Es comprensible que el presidente en funciones quiera dialogar y llegar a acuerdos con otros partidos para formar un gobierno estable, pero esperar pasivamente a que esto suceda puede resultar algo ingenuo, y Sánchez no es ingenuo. En política, como en cualquier otro ámbito de la vida, es necesario tomar la iniciativa y actuar para conseguir nuestros objetivos.
Además, la idea de que todos deban caer rendidos por su "cara bonita" resulta un tanto arrogante. La belleza física no debería ser un criterio relevante para elegir a un líder político. Lo que realmente importa es la capacidad de gestionar y tomar decisiones acertadas para el bienestar del país.
En lugar de esperar pasivamente, el señor Sánchez podría utilizar este tiempo para presentar propuestas concretas y buscar alianzas con aquellos partidos que compartan sus ideales y objetivos. Y es que la coalición con Sumar está cantada ¿pero en qué términos? Da la sensación de que Sánchez está dispuesto a dar todo lo que le pidan y por eso no ve necesario negociación alguna.
La política es un juego estratégico en el que es necesario moverse activamente, negociar y ceder en ciertos aspectos para lograr acuerdos. Esperar a que los demás se acerquen puede llevar a una situación de estancamiento y falta de avances.
El comportamiento de Sánchez solo tiene como explicación la arrogancia de quien considera que no es él quien necesita a los demás (en concreto a 20 partidos distintos) sino que éstos, le necesitan a él, y que en cualquiera de los casos, él está dispuesto a ceder en todo para revalidar el cargo... o que éstos le apoyarán por su cara bonita.