Opinión

La primera prueba para Sánchez

(Foto: malasombra).
Aixa Almagro | Miércoles 02 de agosto de 2023

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En unos días se constituirá la nueva mesa del Congreso de los Diputados, tras las elecciones generales del 23 de julio. Esta será la primera prueba para el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, que necesita asegurarse los apoyos suficientes para ser investido de nuevo como jefe del Ejecutivo.

El PSOE perdió las elecciones con 122 escaños, pero se quedó lejos de la mayoría absoluta de 176 diputados aunque lo celebró como si hubiese ganado las elecciones y la Bono Loto, e incluso la Primitiva. Por eso, necesita pactar con otras fuerzas políticas para poder formar gobierno. La opción preferida por Sánchez es reeditar el acuerdo de coalición Sumar, y buscar la abstención o el voto favorable de otros partidos minoritarios.

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Sin embargo, esta tarea no será fácil, ya que algunos de esos partidos tienen exigencias que el PSOE no está dispuesto a aceptar en principio, pero se ha mostrado absolutamente obsequioso con ellos.

La composición de la mesa del Congreso será determinante para saber si el PSOE cuenta ya con todos los apoyos que precisa para lograr la investidura de Sánchez. La mesa está formada por nueve miembros: un presidente, cuatro vicepresidentes y cuatro secretarios. Cada grupo parlamentario propone candidatos para ocupar esos puestos, y luego se vota en urna por cada uno de ellos.

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El PSOE aspira a tener tres representantes en la mesa: el presidente, un vicepresidente y un secretario. Sumar también quiere tener tres: un vicepresidente y dos secretarios. Eso dejaría tres puestos libres para repartir entre el resto de grupos. El PP, ganó las elecciones y por tanto le debería corresponder la presidencia por ser quien más diputados tiene, y ahí es donde está la clave, en qué hará Vox, por ejemplo, o en qué harán otras formaciones, porque la presidencia podría incluso recaer en una formación minoritaria con tal de que fuese para los populares.

Si el PSOE y Sumar quieren asegurarse la mayoría en la mesa del Congreso, tendrían que pactar con otros grupos para que les apoyen en la votación. Así podrían conseguir el último puesto disponible. De lo contrario, corren el riesgo de que el PP y Vox sumen sus votos y se queden con ese puesto.

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La negociación para la mesa del Congreso será un anticipo de lo que puede ocurrir en la sesión de investidura de Sánchez, prevista para finales de agosto o principios de septiembre. Si el PSOE logra los apoyos necesarios para tener mayoría en la mesa, tendrá más fácil conseguir también la confianza del Congreso para formar gobierno. Si no lo logra, tendrá que seguir negociando con otras fuerzas políticas o arriesgarse a una nueva convocatoria electoral.


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