¿Qué le mueve a Feijóo a intentar lo que parece inviable? ¿Es un iluso, un valiente o un estratega? Quizás sea una mezcla de las tres cosas, pero sobre todo es un político que sabe que en política nada es imposible y que las sorpresas están a la orden del día. No hay que ir muy lejos para encontrar ejemplos de cómo lo que parecía seguro se desvaneció y lo que parecía improbable se hizo realidad.
Recordemos lo que le pasó al propio Pedro Sánchez, el líder del PSOE que ahora se ve relegado a esperar turno, como ya hizo antes. Sánchez creyó tener amarrada su investidura cuando Mariano Rajoy declinó intentarlo por no tener apoyos, y resultó que él tampoco los tuvo. Pero Sánchez y su "no es no" acabaron fuera del hemiciclo, y pese a ello no se dio por vencido y presentó una moción de censura contra el propio Rajoy, sin ser diputado, y resulta que contra todo pronóstico, la ganó, y se convirtió en el primer presidente del Gobierno que llegaba mediante de este modo, y también el primero que lograba el cargo sin ser diputado.
¿Quién le iba a decir a Sánchez que su sueño se cumpliría de esa forma tan inesperada? ¿Quién le iba a decir a Rajoy que su mandato acabaría de esa forma tan abrupta? ¿Quién le iba a decir a Feijóo que sería el candidato del PP tras la debacle electoral de Pablo Casado? ¿Y quién le va a decir a Feijóo que no puede ser presidente del Gobierno si consigue convencer al PNV o a Junts para que le apoyen o se abstengan?
Feijóo sabe que tiene pocas opciones, pero también sabe que tiene alguna, y que sobre todo tiene que recomponer el relato socialista de que el PSOE quien ha ganado las elecciones, lo cual es más falso que una opinión de Sánchez. Y por eso abre los contactos para su investidura, que será el 26 y 27 de septiembre. No quiere dejar pasar la oportunidad de evidenciar que solo hay dos alternativas: la de un PSOE unido a la extrema izquierda y el independentismo, y la de todos los demás, es decir, el PP, y también Vox, pero también quienes rechazan dejar España en manos de quienes quieren romper España. Y si no lo consigue, al menos habrá demostrado su disposición al diálogo y su responsabilidad ante los ciudadanos.
Feijóo es el candidato que no se rinde sin pelear, que no está dispuesto a hacer un "Arrimadas", y que confía en que como dicen los taurinos: "hasta el rabo, todo es toro".