El latiguillo ‘Dicho esto’, particularmente en boca de casi todos los políticos, anuncia el apuñalamiento entre los omóplatos con salida por el esternón del incondicional adversario y, sin embargo, amigo.
El paso previo a la cuchillada consiste en describir las virtudes, relevancias públicas y méritos varios de quien va a ser finiquitado sin piedad, es más, con humillación y chulería a ser posible. Nadie pondrá en duda los merecimientos del liquidado, faltaría más, porque actúa como anestesia colectiva y no sería de orden concluir con el desesperado sin cuidados lenitivos.
Una vez con el horizonte despejado, el político ansioso de poder avanza a velocidad de crucero en tanto que el país no progresa un centímetro porque lo que se persigue es la destrucción del que piensa distinto.
(Aquí, un inciso: no me distraeré con desesperado/a, por ejemplo. Somos mayores ya para entendernos, a que sí).
(Otro inciso más al hilo del anterior: en la lección inaugural del curso de la Escuela Oficial de Periodismo, el profesor Pedro Gómez Aparicio, tuvo una frase muy reveladora que demuestra hasta que punto el lenguaje pone de relieve las contradicciones doctrinales. La frase era “el problema consiste en determinar los límites dentro de los cuales hay que encerrar la libertad de prensa”. Hoy, habría dicho que “el problema consiste en determinar los límites dentro de los cuales hay que encerrar la libertad del lenguaje”).
Bien, dicho esto, ¿qué me dicen de los préstamos de diputados entre los partidos políticos? Según el Reglamento del Congreso, los diputados pueden constituir grupo propio si suman cinco escaños, pero también se les exige haber logrado el 15% de los votos emitidos en cada una de las circunscripciones donde se presentasen, o el 5% si lo hicieron en todo el país.
Pues Ezquerra Republicana de Cataluña y Junts per Catalunya, según lo anterior, no tienen números para componer grupo propio. No hay problema, según la práctica habitual a izquierda y derecha, SUMAR les presta dos diputados a unos y PSOE también dos a los otros y tan amigos, quienes quisieron reventar España ya tienen grupo parlamentario mediante fraude electoral. ¿Es esta componenda lo que la mayoría de los españoles hemos votado? Mi respuesta es que no, sea el que sea el Gobierno que se acabe formando.
Este arreglo entre camaradas sin vergüenza implica que ERC recaudará 30.000 euros al mes y JxC otros 30.000 euros mensuales únicamente por este concepto, el de grupo propio, durante el periodo que aguante la Legislatura si llega a haberla, además de otras regalías como disponer de más tiempo de intervención en las sesiones parlamentarias, presencia en las Comisiones… Aparte pongamos que se les concederá la amnistía fraguada en negociaciones secretas, además de una ‘consulta’ ilegal, en fin, lo que pidan.
¿De dónde saldrán esos 720.000 euros anuales que se llevarán al bolsillo los separatistas, republicanos y así? Naturalmente, del nuestro, quiero decir que de nuestro bolsillo. Y no está bien, que no. Si ambas formaciones no lograron suficientes votos para hacer grupo propio, lo que no dice nada en su favor, allá se las compongan.
Sin embargo, Sánchez y Yolanda olieron la necesidad igual que los bancos huelen si puedes o no devolver el crédito. ERC y JxC pagarán el préstamo con intereses para bien o para mal nuestro que, al fin y al cabo, somos los desprovistos de nuestra voluntad, aquella de cuando aquel día fuimos a votar. ¿Para qué?, si seguimos comulgando con ruedas de molino.