Opinión

Caso “Rubiales”: panem et circenses

(Foto: malasombra).
Rafael Leopoldo Aguilera | Sábado 02 de septiembre de 2023

Cada día, una gran parte de lectores y electores, sin dejar de pensar que su conducta es una auténtica grosería y mala educación falta de prestancia y saber estar institucional, creemos que la caída y del árbol caído leña en el caso “Rubiales” ha sido impulsada y fomentada por los poderes fácticos llamados “progresistas” con la aquiescencia de sectores de la derecha que no quieren sentirse marginados, y los entiendo con compasión para no ser tachados de “franquistas” u otras soeces, y el propio desgobierno de la “plurinacional” de la Nación española, que ha puesto en acción todos los resortes instrumentales para politizar unos hechos alegales, que fuera de ser reprobados socialmente por ser de mala educación, no tienen más recorrido legal que el que le quieran imputar como un ilícito penal.

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Lo peor de todo, el impulso tóxico por parte de los llamados “progresistas” que han hecho despertar del rescoldo humano circunstancias familiares para enfrentar a golpe de talonario televisivo a una parte de la familia consanguínea con la otra, al mismo estilo utilizado con otras docuseries, que han permitido a las gentes de este país en una crisis de identidad permanente, entretenerles durante horas y horas y meses con las miserias humanas más deplorables al estilo “falcon crest”, que con las virtudes del Derecho Natural y de los demás códigos normativos de obligado cumplimiento a nivel nacional e internacional de respetar al prójimo en sus derechos y libertades.

A mayor abundamiento, tenían que tocar los poderes libertarios a la propia unidad de la familia consanguínea y enfrentarlos frente o contra unos hechos, que si bien podrían calificarse con compasión cristiana y cierta misericordia de exceso de sociabilidad y socialización mal entendidas, pero que requieren reconducir este tipo de comportamientos inadecuados, no con el escarnio público, sino con la formación pedagógica y deontológica para evitar en un Estado de Derecho, que se realicen con incertidumbre jurídica de conductas censurables en cualquier ámbito público o privado, sea doméstico, profesional o de ocio productivo sin el consentimiento tácito o expreso pero fehaciente, notorio y público de las partes intervinientes de ambos o iguales géneros humanos, la mujer y el hombre.

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Habrá que estar a lo que la jurisdicción penal o, en su caso, la Contenciosa-administrativa indiquen al respecto la FIFA, el Tribunal Administrativo de Deportes, el CSD y demás personas jurídicas o físicas intervinientes en el caso “Rubiales”, ya que se ha convertido por similitud a pie de calle en un proceso inquisitorial. Claro está, que con el montante económico mensual que recibe el presunto infractor administrativo o/y penal es difícil sicológicamente dimitir y haber evitado una situación con eco mayestático en los países democráticos de corte occidental, ya que en otros países de vertientes democráticas populares o claramente totalitarios, les interesan otras cuestiones geopolíticas.

Aunque, tras la opinión cualificada del TAD de calificar como falta grave la desconsideración del presidente de la Federación de Fútbol a la deportista campeona del mundo fútbol femenino, veremos a ver cuál será el recorrido procedimental o procesal del caso “Rubiales”, que ha servido a los políticos de la Carrera de San Jerónimo para eclipsar las peticiones cansinas anticonstitucionales de exhortación al desmembramiento político del Estado español en concurrencia con una tergiversación normativa de la memoria historiográfica, que no olvida el golpe de estado del 18 de julio de 1936, pero sí lo hace del otro golpe de estado anterior fallido de fecha 4 de octubre de 1934, cuya situación fue creada por quienes querían separarse unilateralmente de España. En fin, “panem et circenses”.


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