Opinión

Baterías de Costa de la Guerra Civil en Almería

Ginés Valera Escobar | Lunes 09 de octubre de 2023

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La tentativa fracasada de sublevación militar tuvo lugar en Almería en la madrugada del día 21 de julio de 1936. Pero los militares insurrectos del Batallón de Ametralladoras y algunos Falangistas acabarían rindiéndose debido a que los Guardias de Asalto se mantuvieron fieles al Gobierno, las organizaciones obreras fueron armadas por el Gobernador Civil Juan Ruiz Peinado y gracias a la intervención de una columna de aviación escapada del aeródromo de Armilla en Granada y a la arribada al puerto del destructor Lepanto cuya marinería defendió la República y amenazó con bombardear los edificios ocupados. Las fuerzas sublevadas mandadas por el teniente coronel Huertas Topete serían finalmente apresadas y algunos de ellos ejecutados en Cartagena y La Garrofa, permaneciendo Almería a partir de entonces durante toda la Guerra Civil en la retaguardia leal a la República Española.

Basándonos en la declaración de Rafael Sanz Guerrero en la Causa General de Almería, pieza 2ª relativa al "Alzamiento nacional. Sus antecedentes. Ejército Rojo y liberación", documentos de archivos históricos y a los pocos estudios que existen sobre el tema firmados por Gil Albarracín, Juan Lorenzo Gómez, Francisco Miguel Guerrero, Pedro Mena, Francisco López, Eusebio Rodríguez e indagación propia, podemos conocer la existencia de las siguientes baterías amplazadas por el Ejército Popular de la República en Almería durante la Guerra Civil. Todas ellas y la red de refugios subterráneos defendieron a la Ciudad de los 52 bombardeos por mar y aire (desde las bases aéreas Tablada, el Atalayón y Pollensa) de la Aviación Nacional y la Aviazione Legionaria enviada por la Italia fascista de Mussolini y mantuvieron a Almería en la legalidad republicana para impedir ataques a la base naval de Cartagena, facilitar el paso de convoys y que el Golfo de Almería no se convirtiera en una base de hidroaviones.

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A comienzos de la Guerra, tras el bombardeo del crucero Canarias a los depósitos de combustible de CAMPSA del dique de Poniente del Puerto el 8 de noviembre de 1936, se situaron en la roca excavada del cerro 3 cañones secundarios procedentes del desmantelado acorazado España encallado junto al Cabo Tres Forcas en la Guerra del Rif (1923), en lo que sería la batería de costa de Punta de la Mona, cercana al Castillo de San Telmo y cantera del Alemán (hoy junto a la Urbanización de Castell del Rey). Una de las piezas Vickers tenía 120 mm y alcance de 15.600 metros y los otras dos de 101,6 mm, tipo Extremadura de alcance 10.000 metros, con una batería antiaéres de 7,62 y alcance de tiro horizontal de 14.000 metros. Dispararon con escaso éxito contra la escuadra de la Kriegsmarine, formada por el acorazado de bolsillo Admiral Scheer y los torpederos alemanes Lluchs, Leopard, Seeadler y Albatros, que bombardearon Almería el 31 mayo de 1937 causando 31 muertos y numerosos destrozos como represalia por el bombardeo de una escuadrilla de Tupolev SB-2 soviéticos al acorazado de bolsillo Deutschland en el antepuerto de Ibiza, "confundido" con el crucero Canarias, muriendo 31 marineros alemanes. Al quedar inutilizadas las piezas más pequeñas en los primeros disparos, decidieron las autoridades dotar a la Bahía de una defensa más contundente.

La caída de Málaga a comienzos de febrero de 1937 para contener el avance de las tropas nacionales e italianas del Corpo Truppe Volontarie precipita la construcción en nuestra tierra de instalaciones defensivas (batería de costa y antiaéreas, refugios), estructuras fortificadas (trincheras y casamatas de ametralladoras dobles y sencillas) y puestos de observación a lo largo del litoral. La Provincia de Almería, junto con Murcia, Jaén y Albacete, se encuadraría en la 2ª Región Aérea, tercer Sector de las Fuerzas Aéreas Republicanas: operando los nuevos aeródromos de la aviación de Tabernas, El Alquián, Níjar Norte, Níjar Sur, Roquetas y Blanes.

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Fue urgente el emplazamiento por la Comandancia Militar Exenta de Almería y los Zapadores de la Junta de Defensa Pasiva (después DECA: Defensa Especial contra Aeronaves) bajo la dirección del Teniente Coronel de Ingenieros Federico Tenllado Gallego, de una potente batería de costa con dos secciones: una en la Punta de la Testa (en la carretera al faro de Cabo de Gata) compuesta de 2 piezas de artillería Vickers de 15,24 cms, situadas a unos 250 metros una de la otra, modelo 1923, protegidas por 2 piezas de artillería antiaérea, que hacían fuego cruzado con otra batería de costa en Roquetas dotada de cañones 2 Vickers de 15,24 cms situadas a unos 40 metros entre ellas y a 300 metros de la costa. Cada sección tenía un alcance de 21.600 metros. Los cañones antiaéreos estaban servidos por marinos del acorazado Jaime I y las baterías de costa por soldados de artillería del Ejército Popular republicanbo. Esta última batería estaba en el camino de las Capitanas, después Cortijo de Los Cañones, hoy calle Corbeta, y a unos 50 metros disponía de una galeria subterránea para depósito de municiones y proyectiles que tambien se utilizaba en caso de ataque por los sivientes como refugio contra aeronaves, hoy colmatada de escombros y maleza. Las 4 piezas Vickers provenían de Cartagena, al desartillarse una pieza de cada una de las baterías de Jorel, Parajola, Aguilones y Chapa. Tras la Guerra fueron enviadas las 4 piezas a una nueva batería fortificada en Punta Candor (Rota) en previsión de un desembarco de los aliados desde África. En Punta Sabinar había proyectores y fonolocalizadores y en Cabo de Gata, fonolocalizadores con proyectores montados sobre camiones

Respecto a estas piezas de 15,24 cms., disponían de elementos comunes: alojamiento para los sirvientes (unos 50) o zona de vida y servicio; asentamientos o pozos a barbetas de pieza, con drenaje de pluviales: de forma circular, en hormigón, con un mínimo parapeto y con anclaje de basa; tornillos, pernos; un puesto de mando con observatorio, y mayor altura posible, para instalar un telémetro estereoscópico de adquisición de distancias, para calcular el tiro y corregirlo; depósito de munición y cargas de proyección (pólvora), normalmente cercanos a las piezas y movidos por raíles y vagonetas y bajo tierra o excavados en roca, para mantener la mínima variación anual de temperatura de pólvoras y proyectiles, con chimenea de ventilación. Solía ser un poco más grande para servir de refugio de personal y edificaciones de vida y servicio para alojamiento del personal o de la guardia, almacén de grasas, repuestos y oficina. y central telefónica. Mientras que en Roquetas fueron demolidos 2 bunkers situados junto al Puerto y Faro respectivamente, en Punta de la Testa aún se conserva un nido de ametralladoras de hormigón junto a un pequeño acantilado que protegía la batería situada más arriba de desembarcos en la Cala del Lancón, conservándose tan solo restos de otro bunker que protegía el embarcadero salinero. Ametralladoras antiaéreas Vickers de 76 milímetros, 47 mm y 7,7 milímetros protegían cada sección. En Punta de la Testa se encontraba en la cumbre, en la explanación que quedó tras demoler la atalaya o torre vigía para evitar corrección de tiro.

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Para asegurar el ataque definitivo a Málaga por los Camisas Negras del General Roatta y fuerzas del Ejército del Sur del General Queipo de Llano, según el parte oficial de guerra del Ejército republicano, a las 9 de la mañana del dia 18 de enero de 1937 fue ametrallado el Campo de Aviación de Roquetas por un hidroavión HE-60 procedente del acorazado de bolsillo alemán Graf Spee y dos HE-59 que despegaron de la base del Atalayón, resultando inutilizados dos bombarderos ligeros republicanos Breguets XIX. Al ser tomada Málaga y producirse el exodo de civiles por carretera conocido como "desbandá", el Estado Mayor de la XIII Brigada Internacional con Albert Schreiner se instaló brevemente en Aguadulce, en la finca del Ingeniero Cervantes, para contener el avance hacia Almería, si bien el frente se acabaría estabilizando por Albuñol por falta de interés estratégico.

En previsión de un ataque de las fuerzas sublevadas por la carretera de Málaga, se excavaron trincheras e instaló una batería de tierra entre las Hortichuelas, Cerro del Vaquero y Camino de la Gamberra y se artilló la meseta de los acantilados de Aguadulce con 3 piezas: una del 10 y medio y otras dos del siete y medio, pero fueron finalmente desmontadas al no progresar la línea de fuego y transportadas a Pozoblanco donde sí fueron útiles. Actualmente se conocen estos restos como la batería de la Cuesta de los Presos pues según narra Bernardo Martín del Rey en su libro "Ofrendas del cautiverio. Crónicas de Almería Roja" fueron presos italianos del CTV (entre ellos Angelo Baianini, Mario Carnelli, Bianchi, Riccardo Elisei, Edoardo Fiolie, Primi Gassani, Rodolfo de Romedis, Luigi Sangiorgi, Salvatore Sciotto y Francesco Valenti) y desafectos a la República y algún moro provenientes de la Cárcel de Venta de Araoz y recluídos en la incautada finca de Cinta Radigales en Aguadulce (madre de Máximo Cuervo), los que en trabajos forzados dirigidos por el Capitán de Ingenieros Enrique Enciso Amat ensancharon a 3 metros la vereda original de acceso (hoy Camino de las Antenas) y subían unos 2 kms. para construir lo que aún puede contemplarse: un barracón y cocina para los oficiales y tropa, un puesto o torreta de mando que también divisaba el mar y el aeródromo, con el telémetro y cuarto anexo de planos y un pozo para la pieza de artillería.

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Para la defensa antiaérea se utilizaron en Almería ametralladoras antiaéreas de 47 mm y 7,7 mm, de marca Vickers y Hotchkiss, y cañones antiaéreos de 76,2 mm Vickers. También hay vestigios de 4 pequeños asentamientos de proyectores y baterías antiaéreas en el Camino Viejo de Almería, zona de Canteras de Bayyana junto al fielato, para proteger el Puerto y en especial al Jaime I que estaba allí habitualmente fondeado desde la toma de Málaga. 4 piezas Vickers calibre 47 protegían la fábrica de azufre de Benahadux, de interés para las municiones.

Asimismo, hay constancia documental de que en mayo de 1937 había defensas en el morro, al lado del faro y Palacio Episcopal y baterías antiaéreas sobre la Alcazaba (que contaba con estación de radio-goniemetro y depósito de munición en una cantera cercana, hoy Cuevas de Conan), Catedral (utilizaba como depósito de municiones), Compañía de María y el Cerro de San Cristóbal. Y en septiembre de ese año había instaladas 2 ametralladoras antiaéreas en las entonces Escuela de Artes y Oficios (hoy IES Celia Viñas), en calle Javier Sanz, muy cerca del Gobierno Civil y otras en un chalet del Zapillo. La Comandancia Militar ocupaba el chalet de González Egea, en calle Gerona, actuando el comandante Carlos Muntaner, Alférez desertor ascendido a comandante.

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En la desembocadura del Andarax o punta del río, se instaló una defensa antisubmarina, compuesta por 2 cañones de tiro rápido Nordenfelt de 57 mm, tipo antitanque. Entre los que mandaban las baterías cita el testigo a los Capitanes Abadalejo y Estrada. Según el Diario Oficial del Ministerio de Defensa Nacional de 2 de agosto de 1937, también se dotó a la Flotilla de Vigilancia y Defensa Antisubmarina de Almería, quedando constituída por los Guardacostas: María, Montedor, Asunción García, "Arrecife" y Aturuxo. Los citados buques se consideraron incautados por el Estado al servicio del Ministerio de Defensa y a las órdenes directas del Estado Mayor de Marina de acuerdo con la Orden ministerial de creación de esta flotilla. Los mandos serían denominados comandantes, en vez de Patrones.


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