A veces me pregunto qué pudo llevar al PSOE a tan asquerosa indecencia; esa misma indecencia que espetó Pedro Sánchez a Rajoy en el cara a cara. Recuerden cómo descolocó a Mariano Rajoy aquella frase de Sánchez: “porque el presidente del gobierno, señor Rajoy, tiene que ser una persona decente y usted no lo es”. Inmediatamente, Rajoy le respondió “hasta ahí hemos llegado (…) esa afirmación es ruiz, ruin, mezquina y miserable”.
Quién iba a decir que, con el paso de los años, las afirmaciones de Mariano Rajoy iban a describir perfectamente a un presidente del gobierno que consiguió el poder de la manera más ruin, miserable y mezquina.
Pedro Sánchez ha logrado homologarse como un político absolutamente toxico para la democracia y el Estado de derecho, sin olvidar otras miserables consideraciones como las continuadas mentiras, la manipulación de la realidad, el control de las instituciones, la purga de la crítica y la libertad de expresión, así como la sofocación de cualquier disidencia con las prácticas represivas al más puro estilo bolivariano.
Sánchez no va a permitir que la calle estalle en manifestaciones multitudinarias. Ya no cuela decir en Europa que esto sólo obedece a la extrema derecha. La gente decente ya no soporta llegar a los costes de una investidura que se pagan con la ruptura, la desigualdad y la indefensión de los españoles ante la devaluación del Estado de derecho.
La amnistía no es un argumento más de la jerga del Legislativo o del Poder Judicial. La amnistía que se pretende es la máxima expresión de la vileza política y un debilitamiento general de derechos y garantías constitucionales.
En esencia, el indulto es que el Estado te concede el perdón. Por el contrario, amnistía es que el Estado te pide perdón. Es decir, le vamos a pedir perdón a golpistas, delincuentes, saqueadores, terroristas y fugados de la justicia. Además, vamos a hacer como si nunca existieron las revueltas callejeras, el asalto al aeropuerto, los incendios y las graves lesiones a la Policía. Y lo vamos a olvidar porque a Sánchez y al PSOE más servil y abyecto le interesa a toda costa mantenerse en el poder infligiendo el mayor daño que España pueda soportar.
Mientras tanto, los representantes almerienses, colaboradores necesarios en esta inmundicia democrática de la amnistía, se enorgullecen de apoyar al felón con sus fotos en las redes votando Sí a la operación de asalto y derribo del Estado de derecho. Y ahí están, Indalecio Gutiérrez o Adriana Valverde, jactándose de su fiel servilismo al felón. Precisamente, esta última (Adriana), decía en el Pleno municipal que eso de “la amnistía era una entelequia y no toca (…) que estaban por los asuntos locales”.
Enhorabuena, Adriana y adláteres, vuestra ayuda, apoyo, colaboración y fidelidad al felón se llevarán por delante los intereses de los almerienses… y los de toda España.