En las últimas dos décadas, Almería ha experimentado una drástica transformación en su paisaje agrícola, perdiendo un alarmante 64,24% de su superficie cultivable, según datos del Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía. Este fenómeno contrasta con la pérdida total de un 27,56% en toda Andalucía, convirtiendo a Almería en la provincia más afectada por esta tendencia preocupante.
En 1999, Andalucía contaba con un total de 7.789.011 hectáreas destinadas a la agricultura. Sin embargo, para el año 2020, esta cifra se redujo a 5.642.926 hectáreas. A pesar de una breve expansión desde el año 2000, cuando la Comunidad tenía 5.493.826 hectáreas, la pérdida de terreno agrícola es innegable.
Almería, que representaba el 10,2% de la superficie agrícola total de Andalucía en 1999, ha caído al último lugar con apenas el 5,1%, perdiendo un punto porcentual en la última década. Esta caída es significativa ya que, en el mismo período, Sevilla y Córdoba experimentaron un crecimiento de alrededor del 4%, aunque también perdieron hectáreas.
Analizando el porcentaje de pérdida de peso dentro de Andalucía en estos 20 años, Almería encabeza la lista con una disminución del 5,4%, mientras que Sevilla y Córdoba aumentaron alrededor del 4%. Es crucial señalar que todas las provincias han perdido espacio de cultivo, y este dato se refiere a la reconfiguración del reparto de suelo agrícola.
Hace dos décadas, Jaén lideraba la lista con 1.273.417 hectáreas, representando el 16,3% del total andaluz. Sin embargo, Sevilla tomó la delantera una década después, perdiendo algunas hectáreas pero ganando cuatro puntos porcentuales. Córdoba se convirtió en la segunda provincia, desplazando a Jaén, que cayó al tercer lugar después de perder 817.000 hectáreas.
En 1999, Almería contaba con 797.006 hectáreas, el 10% del suelo agrícola andaluz. Diez años después, esta cifra se redujo a 327.346 hectáreas (6%), y en 2020, alcanzó un mínimo de 285.209 hectáreas, representando solo el 5,1% del total.
La distribución territorial porcentual refleja cambios significativos de 1999 a 2000, donde Sevilla, Córdoba y Cádiz ganaron terreno, mientras que el resto de las provincias experimentaron pérdidas. En la siguiente década hasta 2020, Sevilla, Córdoba, Jaén y Málaga aumentaron su porcentaje, mientras que Almería, Granada y Huelva perdieron terreno, en algunos casos décimas.
En términos de hectáreas, Sevilla lidera con un aumento de 120.000, seguida por Córdoba con 75.000 y Jaén con más de 80.000. Almería, por otro lado, perdió más de 42.000 hectáreas, siendo la provincia que más ha sufrido en los últimos 20 años.
A pesar de que la agricultura sigue siendo el sector económico más pujante y con mayores desafíos en la región, la pérdida constante de terreno agrícola plantea interrogantes sobre el futuro de la producción alimentaria y la sostenibilidad económica en Almería.