En un sorpresivo giro de los acontecimientos, el Polideportivo El Ejido ha anunciado oficialmente la venta del 65% de su capital social, en un esfuerzo por salvar tanto su posición en la categoría como su propia supervivencia como club deportivo. La transacción, formalizada ante notario el pasado martes, busca inyectar una nueva esperanza en un equipo que se encuentra en horas críticas.
Según el comunicado emitido por la nueva propiedad, compuesta por un grupo de empresarios cuya identidad aún no ha sido revelada, se espera que en un plazo máximo de 45 días se logren saldar todos los compromisos económicos pendientes. En un gesto que ha sido recibido con alivio por parte de la plantilla, se informó que en las últimas horas se han pagado dos mensualidades, y antes del próximo partido del domingo ante el Torremolinos, se realizará el pago de dos nuevas nóminas.
Este cambio de propiedad marca el fin del mandato de Alejandro Bouza, quien hasta ahora era el dueño y máximo accionista del club. El empresario argentino ha decidido vender el equipo en un momento crítico, con el Polideportivo El Ejido luchando por mantenerse fuera de la zona de descenso y enfrentando problemas financieros que han manchado su imagen con impagos y denuncias a la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE).
Con diez partidos restantes en la temporada y el equipo luchando por evitar el descenso, la situación es de extrema urgencia. Los dos próximos rivales, Torremolinos y Torre del Mar, se encuentran en la carrera por el ascenso, lo que añade presión adicional al equipo local.
En el vestuario, los jugadores se aferran a la esperanza de que este cambio de propiedad marque el inicio de un proyecto serio y comprometido con el éxito deportivo del club. Todos aguardan con ansias que el nuevo dueño brinde estabilidad y recursos para evitar la desaparición del Polideportivo El Ejido y para revertir la angustiosa situación en la que se encuentran.