En la reciente sesión plenaria del Senado, el ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, y el senador del Partido Popular por Almería, Juan José Matarí, protagonizaron un debate candente sobre la seguridad en la provincia. Sin embargo, más allá de las palabras y las cifras, lo que quedó claro es que el ministro no tiene intención de abordar de manera efectiva la presencia de narcolanchas en la costa almeriense.

Las imágenes de narcolanchas surcando las aguas de Almería han dejado de ser una novedad. Estas embarcaciones, utilizadas por las redes mafiosas para el tráfico de drogas y personas, se han convertido en parte del paisaje habitual, hasta el punto de que tienen "petaqueros" locales. A pesar de las alertas previas, la situación persiste y la impunidad parece reinar.

Marlaska defendió su gestión, destacando las inversiones en infraestructuras -habrá que comprobarlas, porque la cifra sonó excesiva- y la creación de nuevas plazas para agentes. Sin embargo, sus palabras no ocultan la realidad: las narcolanchas siguen operando impunemente en las costas almerienses y él no tiene ninguna actuación prevista. Si desde 2022 Almería está en el Plan Especial del Campo de Gibraltar, y cada vez hay más inmigración irregular y más tráfico de drogas, y más narcolanchas campando por aguas de Cabo de Gata, parece lógico considerar que algo se está haciendo mal.

El senador Matarí tiene razón al exigir un plan especial de seguridad para Almería, porque como hemos indicado, lo hecho hasta el momento no funciona, o al menos no al nivel que debería. El mar de Alborán se ha convertido en un punto estratégico para las redes criminales, y la provincia no puede seguir siendo un refugio para los narcotraficantes, no queremos convertirnos en el próximo Barbate, en el que los narcos "trabajen" con impunidad, maten agentes y tengan atemorizada a la población. La falta de medios y la creciente criminalidad son una realidad que afecta a la seguridad de los ciudadanos y a la labor de los agentes.

La sociedad almeriense espera respuestas contundentes y soluciones efectivas, porque estamos a tiempo. No basta con palabras vacías y cifras sobre el papel. El ministro debe actuar de manera decidida y demostrar que la seguridad de Almería es una prioridad real. De lo contrario, las narcolanchas seguirán desafiando la autoridad y la impunidad prevalecerá.

Y parece que no, que no va a hacer nada...