La campaña ‘Solo quiero un hogar’ está impulsada por las asociaciones Alcores, Aldaima, Apraf-A e Infania
Las asociaciones andaluzas Alcores, Aldaima, Apraf-a e Infania han presentado en las últimas semanas la campaña ‘Solo quiero un hogar’, destinada a abordar la necesidad de garantizar una familia a niños, niñas y adolescentes que están esperando en los centros de protección. Los datos actuales de estas asociaciones manifiestan que en la provincia de Almería hay más de 300 menores que necesitan el acogimiento familiar de forma urgente.
Así se ha dado a conocer hoy a las 12.00 horas esta campaña en el Salón de Actos de la Delegación Territorial de Almería. Los responsables de presentarla han sido Francisco González Bellido, delegado territorial de la Junta de Andalucía en Almería; Elena Sánchez, representante de APRAF-A; M.ª Carmen González, de SAAF Cruz Roja); Raquel Rivera, de la Asociación de familias ‘En Familia por Derecho’; y Victoria Rodríguez, familia acogedora.
"Hay mucho desconocimiento sobre las familias de acogida. Muchas personas piensan que es para familias ricas, cuando no sólo es un mito, sino que existe una ayuda económica que cubre los principales gastos de estos niños y niñas. Pero además, existe la “leyenda negra” de que es un proceso que tarde mucho cuando no es así, y queremos que puedan comprobarlo”, explicaba Francisco González Bellido, Delegado Territorial, al comienzo de esta presentación, en referencia a las creencias obsoletos de los procesos para familias de acogida.
"Es difícil de entender que, a día de hoy, haya cientos de niños y niñas en Almería que no residan en un hogar", comentaba Raquel Rivera. "Las despedidas son duras, yo ahora mismo acabo de entregar a un chiquillo. Son duras pero chulas a la vez porque estos niños tienen que tener un futuro, y es muy bueno poder darles esa oportunidad", concluía la integrante de la asociación de familias En Familia por Derecho.
"Los menores que vienen de situaciones muy complicadas, cuando llevan unas semanas con la familia de acogida, pegan un cambio brutal. Nosotros, como técnicos, cuando hacemos el seguimiento, es que lo notamos hasta en el brillo del pelo" explicaba Elena Sánchez, representante de APRAF-A. A lo que Raquel Rivera comentaba: "Yo he tenido varios que han venido de situaciones muy complicadas. Ellos no necesitan que tengas una casa muy grande, necesitan que los escuches, que los quieras... Necesidades tan básicas como que les des un beso o alimento. Se nota el cambio desde el minuto uno". Y, Elena Sánchez, remarcaba: "Aunque sean bebés lo perciben, se queda en el cerebro. La seguridad de que si lloro porque tengo hambre o tengo sucio el pañal, va a venir alguien a darme de comer o a cambiarme, con cariño... Todo eso se va quedando en su cerebro y van aprendiendo que pueden confiar en esa persona externa".
“Queremos apelar al compromiso y sensibilidad de las personas andaluzas. Actualmente hay cientos de familias de acogida que están cambiando la vida de forma radical a estos menores en nuestra comunidad, pero seguimos necesitando muchas más”, explican desde las asociaciones.
En la presentación se ha contado, además, con la presencia y el testimonio de Victoria Rodríguez, madre de acogida en Berja, Almería. Conocía el programa de acogimiento familiar desde hace más de 8 años, pero quiso tener una estabilidad laboral antes de dar el paso. "Siempre me dicen 'Yo no podría', pero yo les digo 'No puedes porque no te lo has propuesto'. Siempre afirmo que cuando veas el momento, no te quedes con la duda. Hazlo una vez y siempre estás a tiempo de no repetir." Victoria ya va por su segundo acogimiento. "Al principio pensaba que no iba a dar el perfil por ser madre soltera".
Victoria explica que cuenta con el apoyo de su propio padre, que hace las veces de abuelo de acogida, y ambos han vivido ya la despedida de uno de estos pequeños con los que han compartido "7 meses maravillosos". Sobre la despedida, Victoria relata: “personalmente, creo que el miedo a la despedida habría que ir suavizándolo y centrarse en el proceso que es lo importante. Tú no eres responsable ni de lo que hayan vivido antes, ni de lo que le vayan a vivir después. Lo que sí puedes hacer es que la vida de ese niño -¡y la tuya!- tenga un tiempo de calidad. Pero hay que tener claro que el objetivo es darle un tiempo a la familia biológica para que pueda recuperarse".
Y también reflexiona sobre ese cambio que dan estos niños y niñas cuando son acogidos: "cuando vives y disfrutas el proceso, la despedida es lo de menos. Porque ves como llegan, que tienen que encajar… y ves el cambio cuando se van. Y los míos, aunque son pequeños, se van, como yo digo, aunque sean pequeñillos, se van siendo hombres y unas mujeres hechos y derechos".
De esta forma, y junto a toda la información divulgada por parte de las asociaciones y técnicos responsables de los procesos para familias de acogida, esta campaña pretende hacer hincapié en los testimonios de las familias acogedoras. Además de ser una herramienta transparente y de información más detallada y cercana, supone un instrumento para que aquellas personas que quieran involucrarse en el acogimiento familiar descubran sus diversas posibilidades, modalidades y la reciprocidad de bienestar que produce tanto en los menores como en las propias familias.
Además de los testimonios de las familias, y la presencia de representantes de las instituciones involucradas, la campaña ‘Sólo quiero un hogar’ cuenta con la dinamización de influencers del ámbito social como Lorenzo Pérez (@trabajosocialconfamilias); María Algueró (@nuestrafamiliaespecial); y María Ibáñez (@mitribuacogedora). Todos ellos han trabajado en torno a la difusión de este proyecto: "Son niños normales que se han adaptado a un entorno de supervivencia porque crecen en un entorno hostil" ampliaba Lorenzo Pérez, trabajador social y divulgador sobre protección de la infancia.
Si en los encuentros se ha contado con la presencia de familias acogedoras que han querido transmitir sus experiencias y descripciones de las difíciles realidades de los menores, algunos de estos influencers lo son precisamente por haber vivido estas experiencias en primera persona. María Algueró explica, como divulgadora y madre de una familia de acogida, que “con el tiempo hemos sido conscientes de que siguen teniendo heridas y que hay que trabajarlas”. María tiene tres menores acogidos en la modalidad de permanente, y un bebé adoptado: "con solo pensar en el primer día que me llamaron para decirme que tenían a unos niños para acoger se me saltan las lágrimas. Tenemos fotos y vídeos y los vemos mucho, los niños nos lo piden mucho porque eran muy peques, no tenían la capacidad de acordarse y con estos vídeos, lo reviven.”
"A veces el miedo nos paraliza, pensamos '¿Cómo vamos a hacer esto?’, o 'Nuestra casa no es muy grande'”, piensan muchas personas al principio, explicaba María Ibáñez. “Les diría que no tengan miedo, que esos niños solo necesitan a alguien que esté ahí que le pregunte por el colegio, o por el partido que hayan jugado... y que solo necesitan que sentirse acompañados. Y esos niños van a agrandar la familia de quien los acoja. Es muy gratificante, se te ensancha el corazón", relataba Ibáñez, familia numerosa de acogida y divulgadora del acogimiento familiar a través de su cuenta @mitribuacogedora. Ibáñez recalca relevantemente: "Hay algo mejor que tener una familia y es compartirla con quién no la tiene”.
Las organizaciones andaluzas Aldaima, Alcores, Apraf-a e Infania se han unido para la puesta en marcha de la compaña ‘Solo quiero un hogar’ con la que pretenden concienciar y difundir la importancia del rol de familias acogedoras, especialmente dados los datos que actuales que sitúan a aproximadamente 2.000 niños y niñas que requieren con urgencia de este tipo de ayuda.
Las familias acogedoras son familias solidarias que cuidan a estos niños y niñas el tiempo que necesitan mientras su familia biológica no puede hacerlo. De esta manera, se evita que los menores tengan que crecer en centros de protección. El acogimiento familiar es, por tanto, una medida temporal. Mientras, la familia biológica puede solucionar los problemas que tiene para que sus hijos e hijas puedan volver a la que siempre fue su casa. Si esto no ocurre, se pone en marcha un protocolo para buscar otra medida de protección más estable.
La relevancia del rol de estas familias reside en la necesidad de que estos menores puedan pasar el máximo tiempo posible en un hogar y tengan asegurado su derecho a crecer en una familia. Generalmente, cuando estos niños y niñas no pueden residir con sus familias por diversos motivos que pueden ir desde hospitalizaciones de los progenitores a situaciones más graves como negligencias en los cuidados, abandono o adicciones entre otras cuestiones, lo hacen en un centro de protección, que les garantiza cuidado y atención. Idealmente, y gracias a campañas como ‘Solo quiero un hogar’, estos menores pueden convivir durante largos periodos de tiempo con una familia acogedora que les facilite un ambiente hogareño y familiar donde recibir cariño, cuidados y atención.
El proceso legal y administrativo que gestiona los acogimientos familiares prioriza siempre que los perfiles de familias acogedoras puedan atender lo mejor posible las diversas necesidades de cada niño o niña. Además, hay varias modalidades diferentes de acogimiento: está el de urgencia, el temporal y el permanente. Pero lo más importante que quieren transmitir desde las organizaciones que potencian esta campaña es “cómo el acogimiento familiar puede tener un impacto radicalmente positivo en estos menores y cambiar sus condiciones de vida en su presente y futuro, facilitándoles amor, hogar y oportunidades distintas”.