Expertos en la industria del tomate han emitido una advertencia urgente: es esencial equilibrar las condiciones de competencia en el mercado europeo. Año tras año, el sector pierde competitividad y está siendo desplazado del mercado comunitario.
La Asociación de Productores de Frutas y Hortalizas de Almería (Coexphal) ha sido anfitriona de la reunión del Grupo de Contacto de Tomate del Comité Mixto de frutas y hortalizas de Francia, Italia y España. Este encuentro, celebrado por primera vez en Almería, principal provincia productora de tomate en España, ha permitido a los profesionales del sector y a los responsables de sus respectivas administraciones analizar la realidad y prioridades del sector.
Durante la reunión, las tres delegaciones examinaron los efectos del acuerdo de asociación de la UE con Marruecos en la producción comunitaria. Los profesionales expresaron su descontento con el “mal funcionamiento” del sistema de precios de entrada, calificándolo de “inefectivo”, y solicitaron la aplicación de cláusulas de cooperación y de salvaguarda del acuerdo.
Además, advirtieron sobre el agravamiento de la situación debido a la aplicación de las concesiones arancelarias del acuerdo a las producciones del Sahara Occidental, una importante y creciente zona exportadora de tomate. También destacaron el importante apoyo económico del gobierno de Marruecos a su sector productor de tomate y las subvenciones de los insumos que utilizan.
Los expertos afirmaron que las exportaciones españolas a la Unión Europea han disminuido un 20% en la última década, mientras que las importaciones “descontroladas” desde Marruecos se han más que duplicado (hasta casi 700.000 toneladas), situando a este país como el segundo proveedor, solo por detrás de Holanda.
Las organizaciones presentes subrayaron que esta reivindicación ya figuraba en las movilizaciones del sector agrario ocurridas en los últimos meses y que, hasta ahora, no ha recibido ninguna respuesta de la administración, más allá de “buenas palabras”.
La situación fitosanitaria del cultivo de tomate en cada país y las herramientas disponibles de protección contra plagas también fueron temas abordados durante la reunión. La falta de reciprocidad es “injusta y contraria” al objetivo de la UE de la “transición global” o el de la soberanía alimentaria.