Opinión

¿Qué pensará el PSOE de Bildu el domingo?

(Foto: malasombra).
Rafael M. Martos | Jueves 18 de abril de 2024

En el teatro político vasco, donde la ironía y la sorpresa se sientan en primera fila, nos encontramos con un nuevo acto que podría superar cualquier obra de ficción. El candidato de EH Bildu, Pello Otxandiano, ha rechazado calificar a ETA como banda terrorista, y el Partido Socialista, con la ingenuidad de un recién llegado al mundo de la política, se muestra sorprendido. ¡Qué giro tan inesperado! Es como si descubriéramos que el agua moja.

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Pero, ¿cómo es posible que el Partido Socialista no haya leído el guion? Dentro de EH Bildu, Sortu hace su aparición estelar, recordándonos que es parte de la coalición y que, en su día, compartió escenario con la estructura de ETA. Sin embargo, en Madrid, el Partido Socialista y Bildu bailan un tango de conveniencia para mantener a Pedro Sánchez en la presidencia, mientras que en el País Vasco, Eneko Andueza, del PSE-PSOE se muestra reticente a seguir el ritmo.

Pedro Sánchez, el camaleón de la política, ahora nos ofrece una actuación digna de un prestidigitador: dice una cosa y la contraria sin siquiera cambiar de escena. Porque no es solo Andueza quien le pone pegas a EH Bildu, son todos y cada uno de los dirigentes socialistas que hasta hace cuatro días defendían la validez de pactar con la coalición abertxale, por ser demócratas y haber salvado vidas. Lo que es válido en un lugar, misteriosamente deja de serlo en otro, o quizá, que lo que es válido en unas fechas, no es válido en otras, o ambas cosas a la vez. Pero no nos dejemos engañar por las luces del escenario; todo esto no es más que un truco para apoyar al Partido Nacionalista Vasco, que parece haber perdido su brillo.

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El Partido Socialista, en un acto de estrategia digno de un maestro ajedrecista, prefiere que el País Vasco se incline hacia el PNV, con quien podría compartir gobierno, en lugar de EH Bildu. Después de todo, el PNV podría, en un giro inesperado de los acontecimientos, formar alianzas incluso con el Partido Popular (no sería la primera vez). Bildu, por otro lado, se mantiene fiel a su guion y jamás contemplaría tal posibilidad.

Mientras tanto, Bildu se ha convertido en el nuevo refugio de la izquierda, atrayendo a votantes de Izquierda Unida, Ezker Batua, Podemos y otros, que han encontrado en Bildu un nuevo protagonista en esta obra política. Bildu intenta desmarcarse de su pasado con ETA, un pasado que, aunque no lo mencione en voz alta, sigue presente entre bambalinas.

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Así que, al final del día, la verdadera estrella de esta función es la doble moral del Partido Socialista, capaz de interpretar dos papeles al mismo tiempo. En este escenario, lo que realmente importa no es la coherencia del guion, sino la habilidad para mantener al público entretenido y, sobre todo, votando. ¡Bravo! La función debe continuar, y en la noche del domingo sabremos si Bildu sigue siendo el malo malísimo de la película, o vuelven a ser buena gente, amantes de la paz, y demócratas de toda la vida.


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