Pobre Mari Puri. Si analizamos la actualidad política que se vive en los pueblos de nuestra provincia, destacan unos cuantos en lo que a enfrentamientos entre el poder y la oposición. Ni siquiera en la capital se vive en un estado de guerra como el que se percibe en localidades como Cantoria, donde a la alcaldesa, la socialista Mari Puri, se le acusa de casi todos los males que se dan sobre la tierra.
Es justo decir que entre ella y su esposo se han ganado algunos de los titulares logrados en los medios, y los artículos que le hemos dedicado de las páginas de opinión. Las dos últimas denuncias que han llegado, una es de usar el poder, el ayuntamiento, para otorgar puestos de trabajo a militantes socialistas. No sé de qué se extrañan ustedes, señores del Pp, si esa es un práctica que viene siendo la norma entre los partidos a la hora de dar los puestos de trabajo en el sector público, esté este en manos del Psoe o del Pp.
Mari Puri ha debido pensar que ella no era menos que Pedro, y si el presidente coloca a sus compañeros de partido en todos los puestos habidos y por haber en la administración, incluso en aquellos que deberían guardar cierto sentido de imparcialidad, caso de Rtve, ella tenía el poder en su pueblo y los puestos de trabajo irían a quién a ella le diera la gana. Es la democracia, ha ganado las elecciones, ¿quién es el alcalde? Ella, pues eso. Y si no les parece bien que no la voten en las próximas, pero mientras, ella manda, ella hace lo que quiere y tiene la defensa de su partido, ya que solo pone en práctica la política laboral de su secretario general, Pedro Sánchez. Primero yo, luego la familia, y tras ella, los compañeros de partido.
Lo de meterla en el saco de los koldianos tiene otro color. Y ella lo zanja con ese gracejo que Dios le ha dado, sacando a colación lo del amigo Óscar Liria y la diputación, que anda en los juzgados, sin saber si algún día veremos el final del serial. La pandemia fue el gran negocio de todos los políticos sinvergüenzas que estaban en el poder en esos tiempos de muerte, de oscuridad y de encierro. No se ha salvado ni el gato. Y Mari Puri no iba ser menos, dicen en el Pp de su pueblo que negoció con una empresa vinculada a los koldonianos de Ábalos, Illa, Armengol, Torres y cía. Me aseguran que con Begoña no ha negociado.
En el fondo creo que a Mari Puri le llena de satisfacción estar en tan noble lista. Entre los grandes políticos del Psoe el nombre de un alcaldesa de un pequeño pueblo de Almería se ha encaramado a todo lo alto. Bien por ella, bien por Mari Puri, que se nos ha hecho famosa, como aquellas muñecas de hace años, y anda en la boca de los del Pp que, miren por donde también tienen sus mascarillas, y con un enfado por parte de Javier Aureliano que no quiere oír hablar de ellas hasta que no se cierre el caso que le afecta a él, a su vicepresidente y a Liria. Y a uno que Liria me recuerda a una ginebra murciana de nombre lirios, y que se vendían en los setenta como la Larios. Lo recuerdos que nos trae la vida.
De justicia es reconocer que Liria fue cesado cuando se tuvo noticias de su chanchullo con las mascarillas. ¿A quién tendría que cesar Mari Puri? Lo último conocido es que la justicia le ha suspendido un pleno celebrado hace unos años, y es que Mari Puri, dice el juez, los convocaba sin darle tiempo a la oposición. Si es que no le gusta, a Mari Puri no le gusta la oposición. Se mete mucho con ella. ¿Y los jueces le gustan?