No habían pasado ni 24 horas desde que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, lanzó su campaña antibulos tras una larga jornada de reflexión de cinco días porque es un hombre profundamente enamorado de su esposa, cuando su portavoz en la Comisión de Investigación del Congreso, Juan Antonio González Gracia, se sumergió en el fango durante los interrogatorios a los almerienses Oscar Liria y Fernando Giménez Giménez, a cuenta del llamado “caso mascarillas” de la Diputación de Almería.
Hay que adelantar que fueron citaciones por vía de "urgencia". ¿Y cuál era la urgencia según el PSOE? Pues no se dijo. Urgencia para hablar en el Congreso de un caso de Almería, que pasó hace tres o cuatro años, del que hubo una comisión de investigación, y que sigue sub iudice aún. Urgencia, dicen (pero sin justificar).
El socialista aseguró que éstos no habían querido colaborar con la investigación, a pesar de que respondieron prácticamente a todo lo que se les preguntó. Pero lo más grave es que González Gracia aprovechó la ocasión para vincular nuevamente a Alberto Núñez Feijóo, presidente del PP, con la famosa foto con el traficante de tabaco Marcial Dorado. Además, aludió socarronamente a si Fernando Giménez había recibido o no un mensaje de “Fernando, sé fuerte”, como aquel que envió Mariano Rajoy a Luis Bárcenas, y más tarde habló de si los que estaban en un grupo de chat eran “amigos del alma”, aludiendo indirectamente a Francisco Camps.
El socialista sostuvo en la sesión que dirigentes del PP se habían repartido en “mordidas”, la mitad de lo que la Diputación había pagado por las mascarillas, cuando ni siquiera es eso lo que establece la investigación de la UCO. En el caso solo hay imputado un exvicepresidente de la Diputación, Óscar Liria, que fue inmediatamente destituido en el mismo momento de su detención. Es decir, ni la investigación de la Guardia Civil habla de "reparto de mordidas entre políticos del PP de Almería", ni eso apunta la investigación judicial, que solo tiene un político o expolítico imputado, ni hay ningún esquema de reparto de dinero vinculado a este partido.
Se empeñó el socialista en que Fernando Giménez, ahora vicepresidente segundo de la Diputación, y entonces diputado de Presidencia, estaba implicado porque aparecía en el sumario. Tuvo que ser el diputado de Vox, Carlos Flores, quien en el interrogatorio dejara claro con un ejemplo que estar en un sumario es solo eso: la Virgen María y Poncio Pilatos aparecen en la Biblia, pero el papel de una y otro en la historia no es precisamente el mismo. Pues eso. Giménez figura porque la empresa le llamó a él para ofrecerle el material sanitario, le mandó un presupuesto y el remitió al técnico responsable, y luego, como diputado de Presidencia, firmó la propuesta para la contratación... un expediente de 600 folios, frente a los apenas 10 de algunas contrataciones del Gobierno socialista, unas mascarillas que costaron menos de tres euros cada una, cuando organismos controlados por el PSOE pagaron siete, ocho o nueve euros por lo mismo.
Incluso se explicó que tal "mordida" no existió, y que el dinero que se atribuye como tal, es sencillamente la comisión de la empresa intermediadora de la compra del material a China. Dicho de otro modo: Diputación compra un material a una empresa, esa empresa paga a la vendedora china, y luego ésta abona a otra una cantidad por su intermediación. ¿Que es una burrada que sea superior al 40%? Pues sí, pero tampoco la Diputación tenía por qué saber ese detalle, ni tampoco es responsable de ello, ni está probado directa ni indirectamente que eso acabara en manos de Liria ni de ninguna otra persona de su entorno personal o político.
El PSOE ocultó a los presentes que cuando solicitó estas comparecencias sabía que ya hubo una comisión de investigación en la Diputación. Cuando se comentó, el diputado socialista argumentó que sus compañeros no habían podido preguntar todo lo que querían. El PSOE llegó a realizar 55 preguntas a un funcionario en aquella comisión en la que no hubo límite de tiempo para los interrogatorios.
Pero si el PSOE se metió en el fango en esta comisión, hay que destacar que cualquier medio que haya publicado la nota que mandaron después de la Comisión estaría cayendo en la desinformación y en los bulos que Pedro Sánchez había anunciado que quería combatir.
El comportamiento del PSOE en esta comisión ha sido un claro ejemplo de cómo no se debe actuar en una investigación seria y rigurosa. Ha sido una demostración de falta de respeto hacia los investigados y hacia el propio Congreso. Es necesario que el PSOE reflexione sobre su actitud y se comprometa a actuar con la seriedad y la responsabilidad que se espera de un partido en el gobierno.