Opinión

¿Cortijos yihadistas?

(Foto: malasombra).
Juan Torrijos Arribas | Lunes 13 de mayo de 2024

Los pueblos del interior de la zona del río Andarax (en el que por cierto las aguas volvieron con fuerza a cabalgar como no se recordaba en años), y los vecinos salían de sus casas a ver el espectáculo casi olvidado y contemplar cómo su río buscaba con desespero regar campos, revivir fuentes, arrastrar cañas, llenar pozos, llegar al mar, y especialmente sus cortijos, están encontrando al cabo de los años gente que los habite. De seguir la moda que se va imponiendo, según se ha oído comentar, algunos de los vaciados pueblos almerienses van a dejar de serlo en breve.

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La conversación se desarrolla en la barra de un bar de la capital durante un fin de semana pasado por el viento. Uno de los presentes da la impresión de ser miembro de las fuerzas de seguridad del estado, y está contestando a las preguntas de algunos de los amigos con los que comparte birra y bacalaicas abiertas de tapas. En la terraza era imposible sentarse.

La que parió al levante y la que le dio la vida al poniente. ¡Vientos!

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–El problema del yihadismo en Almería ha dejado de estar en los barrios de El Ejido, Roquetas, la Mojonera o Níjar. En estos barrios eran muy fácil tenerlos controlados, y se han buscado nuevos lugares donde nos está siendo más difícil controlar.

La conversación era atrayente por el tema en cuestión. Reconozco el interés levantado y que estuve pendiente de la misma, es evidente que me hubiera gustado participar en ella, preguntar sobre lo que se estaba hablando, pero no tuve ocasión de hacerlo. Según la exposición que estaba oyendo, el yihadismo ha encontrado en la Almería vaciada, y muy especialmente en los cortijos abandonados, un lugar seguro donde poder desarrollar su vida y su proselitismo.

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Los nombres de Illar, Instinción, Bentarique o Terque, pueblos del valle del Andarax, no recuerdo si alguno más, a veces el barullo de la barra no te dejaba oír bien lo que se decía, aparecieron en la conversación que se llevaba a cabo en tiempos de vientos en aquella barra de bar. Ni qué decir tiene que sería importante que, desde la subdelegación del gobierno, el señor Martín, le supongo contento tras los cinco días pasados de reflexión, les dijera a los vecinos de estos municipio lo que puede haber de cierto en lo comentado.

Es posible que estemos ante un comentario sin mayor importancia para la vida de estos pueblos y sus moradores, y que los yihadistas que quieren vivir en los cortijos de estos municipios, solo buscan un poco de tranquilidad donde elevar sus plegarias, donde no estén vigilados y controlados por la policía, como ocurría en los barrios de las grandes ciudades de Almería. Con todo, creo que los vecinos deben saber quién está ocupando los abandonados cortijos, a quiénes se los están alquilando, y si debe haber preocupación ante estos nuevos inquilinos que han aparecido en nuestros pueblos.


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