El envejecimiento de la población es una realidad que no puede pasarse por alto. En España, como en muchas partes del mundo, más del 20% de la población tiene más de 65 años, y se espera que esta proporción siga aumentando en las próximas décadas. Este cambio demográfico plantea importantes desafíos, especialmente en lo que respecta a garantizar y fortalecer los derechos de las personas mayores.
Es alentador ver que cada vez más voces se alzan para abogar por una Convención sobre los Derechos de las Personas Mayores en el seno de las Naciones Unidas. Organizaciones como la Plataforma del Tercer Sector y la Mesa Estatal por los Derechos de las Personas Mayores en España, junto con la Fundación HelpAge International España, están liderando este llamado a la acción.
El camino hacia esta Convención ha sido largo y lleno de hitos significativos. Desde la creación del Grupo de Trabajo de Composición Abierta sobre el Envejecimiento en 2010 hasta la adopción de la Resolución 67/139 por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2012, que reconoce la necesidad de un instrumento jurídico internacional para promover y proteger los derechos de las personas mayores, se ha avanzado considerablemente.
Además, la creación de la Convención Interamericana sobre la protección de los derechos de las personas mayores en 2015 y su entrada en vigor en 2017 son pasos concretos hacia el reconocimiento y la protección de los derechos de las personas mayores a nivel regional.
Sin embargo, queda mucho por hacer. Las resoluciones posteriores de la Asamblea General de las Naciones Unidas siguen subrayando la urgencia de aprobar una convención específica sobre los derechos de las personas mayores. Es fundamental intensificar los esfuerzos para que este objetivo se convierta en una realidad lo antes posible.
El fortalecimiento de los derechos de las personas mayores no es solo una cuestión nacional, sino también un desafío global que requiere la colaboración y el compromiso de todos los actores involucrados. Es hora de actuar y garantizar que las personas mayores disfruten de una vida digna y plena, con acceso a todos sus derechos humanos.