¿Cuál es el objetivo político de Juan Espadas? Secretario general del PSOE en Andalucía, portavoz en el Parlamento y senador, Espadas acumula títulos que, en teoría, deberían resonar con fuerza en los pasillos de la política. Sin embargo, su figura parece desdibujarse entre los despachos alfombrados del Senado, como si ser uno entre 350 le gustase más que el protagonismo que le proporciona ser líder de la oposición en Andalucía.
Con Espadas al mando, el PSOE-A ha registrado algunos de los peores resultados de su historia en Andalucía, mientras que el Partido Popular celebra sus mejores cifras. Pero lejos actuar en consecuencia, Espadas continúa, imperturbable, su camino. ¿Pero hacia dónde se dirige realmente?
La ironía de la situación no escapa a nadie: el líder que debería ser la voz de Andalucía parece más interesado en la política fuera de sus fronteras. No se conoce que su presencia en la Cámara Alta haya otorgado ningún beneficio a nuestra tierra, pero tampoco que él mismo haya brillado en alguna intervención que sea para defender decisiones de Pedro Sánchez que nos perjudican claramente. No es el dirigente más conocido en Andalucía, y su presencia es casi fantasmal. Cuando está, no está del todo; su mente y sus palabras vuelan hacia otros lares, dejando a Andalucía esperando su turno.
Un ejemplo reciente: su intervención en el Parlamento de Andalucía. En lugar de aprovechar la oportunidad para abordar los problemas que afectan a los andaluces, Espadas se desvió hacia las elecciones en Cataluña. Es legítimo opinar sobre la política del Estado, pero no a expensas de ignorar las necesidades de su propia comunidad.
El tiempo de un político es valioso, y más aún el de un líder autonómico. Con solo dos oportunidades al mes para interpelar al presidente de la Junta, desperdiciar una de ellas en temas ajenos a Andalucía parece un lujo que ni Espadas ni los andaluces pueden permitirse. Para eso tiene las ruedas de prensa y las entrevistas, pero ya que está en el Parlamento, con Juanma Moreno delante... ¡hable de Andalucía!
Si divide su atención entre el Ayuntamiento de Sevilla y Cataluña, ¿qué queda para Almería, por ejemplo? ¿Qué queda para los andaluces que buscan en él un representante que realmente ponga sus problemas en el centro del debate?
¿Qué opina de esa actitud del Gobierno central de apartar a Andalucía de las negociaciones con el Reino Unido y Gibraltar? No se sabe. Parece que no le importa que Andalucía sea excluida de una negociación que siempre ha sido a dos o a cuatro, pero nunca a tres.
Juan Espadas tiene ante sí el desafío de redefinir su enfoque. Los socialistas andaluces no necesitan un viajero frecuente, sino un líder presente. Si desea que los andaluces depositen su confianza y su voto en él, deberá recordar que su compromiso es, ante todo, con ellos.