En un intento por esquivar la responsabilidad, el gobierno de Pedro Sánchez ha respondido a las preguntas del Partido Popular de Almería sobre el alarmante aumento de delitos sexuales en la provincia con respuestas que, por decir lo menos, son curiosas.
En un primer momento, el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, se limitó a decir que el incremento se debía a que las mujeres están más concienciadas y por eso denuncian más las agresiones sexuales que antes. Sin embargo, esta respuesta no hace justicia a la realidad y, en lugar de afrontar el problema, el gobierno ha optado por esquivarlo.
A ver, es muy simple: si la culpa del incremento es que hay más conciencia, quiere decirse que en el resto del país hay menos, y por tanto el Gobierno tiene un problema más grave de lo que parece a pesar de los ingentes recursos económicos destinados a este fin desde el Ministerio de Igualdad que entonces dirigía Irene Montero.
La respuesta del gobierno es absurda y, lo que es peor, inasequible al desaliento.
Los populares de Almería no se rindieron y volvieron a preguntar sobre la cuestión. La respuesta del gobierno fue aún más curiosa: el aumento de delitos sexuales se debe a que ha habido un cambio legal y lo que antes no era una agresión sexual ahora sí tiene esa consideración. Sin embargo, esta respuesta no tiene sentido, ya que el incremento es especialmente elevado en Almería y no se puede explicar por un cambio legal que afecta a toda España.
La realidad es que el aumento de delitos sexuales en Almería es el más elevado de España y no se puede explicar por un cambio legal que no solo afecta a esta provincia. Es como si el gobierno estuviera intentando ocultar la verdad y no afrontar el problema. La falta de respuesta coherente y seria del gobierno central es un insulto a todas las mujeres que han sido víctimas de agresiones sexuales.
Es hora de que el gobierno de Sánchez se tome en serio la situación y afronte el problema de la violencia de género en Almería. No podemos seguir tolerando respuestas evasivas y sin sentido. Es hora de que se tomen medidas efectivas para proteger a las mujeres y garantizar su seguridad.